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La población de niños, niñas y adolescentes en Venezuela ha sido una de las más afectadas por la Emergencia Humanitaria Compleja. De acuerdo con un monitoreo de Acción Solidaria, junto a la salud, han sido violentados otros derechos como la alimentación. Urge una respuesta gubernamental enfocada en las necesidades de este grupo, con el fin de evitar más muertes

María Jesús Vallejo

Entre los grupos vulnerables que registró Acción Solidaria en el más reciente informe de Salud en emergencia: el caso de Venezuela, 2021, el de niños, niñas y adolescentes (NNA) fue el segundo con más incidentes documentados. Con 124, de 1.314, se evidenció que esta población tiene una afectación diferenciada por la desatención del Estado, cuya vulneración del derecho a la salud es sistemática y generalizada. 

En el documento, se explica que “casi 1 de cada 5 (incidentes) se relaciona con el desabastecimiento de medicamentos y el 13,70%, con el desabastecimiento de insumos. Esta es una tendencia que se mantiene respecto al informe de 2020”. Además, “el 18,54% de los registros (23) refieren al cierre o suspensión de servicios de atención médica general y especializada a NNA. Algunos de los servicios a los cuales los NNA no tuvieron acceso por este motivo fueron neurología, hematología, nefrología y SPOT”.

De acuerdo con el monitoreo, 45% de los eventos registrados están vinculados al Hospital de Niños José Manuel de los Ríos -conocido como Hospital J.M. de los Ríos-, en Caracas. Esto debido a la cobertura que dan los medios de comunicación por ser el centro de salud pediátrico más importante del país y por el trabajo que allí hacen varias ONG.

Condiciones de salud crónicas

La insuficiencia renal fue la condición de salud con más registros (19) entre enero y septiembre de 2021. El dato no sorprende, pues, desde 2017, la ONG Prepara Familia está denunciando lo comprometidas que han estado las vidas de NNA a partir de la suspensión del Sistema de Procura de Órganos y Tejidos (Spot). 

De acuerdo con la directora de la organización, Katherine Martínez, en seis años han muerto 70 niños, niñas y adolescentes, pacientes del servicio de nefrología, a la espera de un trasplante de riñón. El último caso mediático fue el de  Niurka Camacho, una adolescente de 15 años que murió luego de un mes de haber contado su relato como paciente renal en una audiencia de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (Cidh), en junio de 2021.

Sin salud ni alimentación

En medio la pandemia de covid-19, en un país que atraviesa una Emergencia Humanitaria Compleja, el segundo impacto más registrado que ha sufrido esta población, según el informe, es la desnutrición, consecuencia directa de las fallas de la gestión del Estado venezolano. 

Aunque el monitoreo responde al período entre enero y septiembre de 2021, los números rojos se mantienen en 2022. En mayo de este año, Huniades Urbina-Medina, pediatra y secretario general de la Academia Nacional de Medicina (ANM), alertó sobre el aumento de la desnutrición infantil: pasó de 20% a 33% en menos de un año. De acuerdo con los estándares de la Organización Mundial de la Salud (OMS), una proporción de 10% ya se considera una alarma. 

De hecho, datos del Banco Mundial ubican a Venezuela como el tercer país en el mundo con mayor inflación alimentaria, superado por Líbano y Zimbabue. Además, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi), la inseguridad alimentaria severa pasó de 23,% en 2020 a 24,5 en 2021. Venezuela es uno de los 33 países que necesita cooperación internacional para garantizar acceso a alimentos, según el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés). Esto, por supuesto, afecta sobre todo a las familias que viven en pobreza o pobreza extrema. 

Dentro del informe de Acción Solidaria, destacan los casos de tres niños, en los estados Aragua y Anzoátegui, que murieron a causa de intoxicación alimentaria asociada a la ingesta de basura que fue recogida, en los tres casos, por el padre, ante la imposibilidad de adquirir alimentos. 

Enfermedades evitables

Durante 2021, también se registraron algunas condiciones que son evitables con vacunación o medidas sencillas. El informe registró 51 casos, entre los que destacan sarampión, malaria, dengue y difteria. Sobre esto, el documento se explica que “pese a no ser comunes, generan alarma porque revelan el estado de vulnerabilidad de esta población”.

Ya Patricia Valenzuela, médica internista y vicepresidenta de la Sociedad Venezolana de Infectología (SVI), había explicado a Acción Solidaria que, por ejemplo, la reducción en los casos de dengue (cuya caída se ha registrado desde 2018), no se debe a una respuesta gubernamental, lo que deja clara la desatención del Estado.

“El hecho de que nos informen que los casos de dengue son pocos no necesariamente significa una mejora, porque si no estás haciendo pruebas, no puedes saber. Números bajos no significa que haya control o medidas eficientes”, dijo.

En el caso del dengue, uno de los grupos más vulnerables es el de niños y niñas de menos de dos años y, frente a una estructura hospitalaria en colapso, haría falta un programa de prevención que resguarde sus vidas.