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Vivir en Venezuela con una condición crónica de salud, se traduce en sufrimiento y desmejora de la calidad de vida, producto de las consecuencias de las Emergencia Humanitaria Compleja que atraviesa el país.

Si a esta situación, se le suma el confinamiento producto de la pandemia del COVID-19, tenemos una fórmula que asegura mayor sufrimiento para estas personas. Ciertamente, se ha demostrado que la realización masiva de pruebas de detección, sumado al cumplimiento de cuarentena, es una vía efectiva para disminuir la propagación del virus y, de esa forma evitar el colapso de los servicios de salud del mundo, no es menos cierto que, la aplicación de esta fórmula en Venezuela es extremadamente complicada.

El salario mínimo es de 400.000 Bs, equivalente a 2.18 USD, de acuerdo con el tipo de cambio oficial del Banco Central de Venezuela. Para darle perspectiva, de acuerdo con el Centro de Documentación y Análisis para los Trabajadores (CENDA), la canasta básica para una familia de 4 personas se ubicó en marzo 2020 en 19.156.813,68, equivalente a 236.66 USD[1], es decir, una familia de 4 personas requiere de 108,5 salarios mínimos para cubrir su costo.

El CENDA, incluye dentro de la canasta alimentaria, los rubros de alimentos, servicios públicos básicos, artículos de aseo personal y limpieza del hogar, salud, vivienda, educación y vestido y calzado. Siendo esto así, cabría preguntarse, ¿Cuántas familias venezolanas tienen ingresos equivalentes a 108,5 salarios mínimos?

La situación descrita se agrava, si algún miembro de la familia vive con alguna condición crónica, puesto que dentro del apartado de salud, de la canasta del CENDA, no están incluidos los gastos médicos de consultas, hospitalización o medicamentos especializados, como lo son los tratamientos médicos para condiciones crónicas como diabetes, hipertensión, esclerosis múltiples y otras condiciones neurológicas, sin olvidar también personas con trasplantes, quienes dependen de los inmunosupresores para no rechazar sus órganos.

Como es sabido, este tipo de condiciones de salud requieren de tratamiento médico que, en su mayoría, deben ser tomados por el resto de la vida de las personas, por lo que estas requieren a acceso continuo a tratamiento. En el caso venezolano, los medicamentos para algunas condiciones crónicas de salud, como el VIH o la Hemofilia, son distribuidos de forma exclusiva, por el Estado, y en los últimos 6 años, personas con estas dos condiciones crónicas han sufrido por la escasez de sus tratamientos, debido a la falta de compra por parte del Estado.

Ahora bien, si el contexto pre-pandemia para las personas con condiciones crónicas de salud en el Venezuela era muy difícil, la situación actual empeora aún más los pronósticos. Las medidas de cuarentena implementadas en el país desde el pasado 16 de marzo, ha alejado a los venezolanos de sus fuentes de ingresos, que le permitían poder subsistir.

De acuerdo con algunos estudios, 47 de cada 100 personas que trabajan, subsiste de la economía informal, es decir, son personas que no están adscritos a la nómina de alguna empresa o al Estado[2]. El nivel de los salarios en Venezuela ha obligado a los venezolanos a recurrir a actividades independientes para poder compensar sus ingresos y poder subsistir.

La pandemia, trajo como consecuencia la paralización de muchas de estas fuentes. Miles de personas se quedaron en sus casas, sin los medios económicos para poder hacerle frente, toda vez que la capacidad de ahorro de este tipo de trabajadores es casi nula.

Asimismo, la migración forzada de venezolanos ha dejado en el país a miles de familias que dependen de los recursos que sus familiares, desde el exterior le envían. El impacto de la pandemia a nivel global ha dejado a muchos venezolanos en situación crítica, e imposibilitados de poder seguir enviando recursos en la misma proporción.

Algunos estiman que las remesas podrían pasar de 4.000 a 2.400 millones de $, producto del confinamiento, esto significa, más familias venezolanas vulnerables, que no podrán afrontar la pandemia en condiciones apropiadas[3]

Las consecuencias de la EHC son palpables, y no solamente se ven en la afectación de la capacidad adquisitiva de los venezolanos, sino también en la estructura de los servicios públicos y del sistema de salud pública.

Los venezolanos se enfrentan a la realidad de no poder salir de sus casas por falta de combustible, para poder comprar sus tratamientos o atender alguna emergencia médica[4]. Por ejemplo, las personas con diabetes que adquieren sus tratamientos a través de terceros que vienen del exterior, se han visto afectados por las restricciones de movilidad, y se consiguen con la imposibilidad de poder adquirirlos en las farmacias, debido a su alto costo[5].

En igual situación, se encuentran las personas con tuberculosis, cuyos casos han aumentado a lo largo de los últimos años. Actualmente, muchas de ellas se encuentran sin tratamiento, debido a que no hay disponibilidad en los distritos sanitarios[6].

La escasez de combustible ha impedido que personas con insuficiencia renal, puedan desplazarse hasta los centros de diálisis, lo que ya habría ocasionado algunos fallecimientos[7], y la situación podría seguir empeorando.

El estado de los servicios públicos es igualmente crítico, los hospitales se ven desprovistos del suministro de agua, esencial para mantener las medidas de higiene contra el COVID-19, por largos períodos de tiempo, y la situación se ha agravado especialmente durante las últimas tres semanas[8]

En resumen, el acceso a tratamiento para las personas con condiciones crónicas de salud en Venezuela es limitado, debido a las consecuencias de la EHC, agravadas actualmente por la situación de la pandemia por el COVID-19. Escasez, altos precios en los tratamientos, restricción de la movilidad por falta de combustible, servicios públicos deteriorados y un sistema de salud desmantelado, son los elementos a los cuales se enfrentan estás personas.

El panorama en los próximos meses podrá empeorar, si no se reconoce la magnitud de la situación y la necesidad de recibir más ayuda internacional. Una vez finalizada la pandemia, los venezolanos encontraremos un contexto más delicado, y con muchas más limitaciones que podrán en un riesgo aún mayor a los sectores más vulnerables de país.

En este ambiente, y a falta de una solución sostenible a la causa que mantiene la situación de Emergencia, se hace necesario de mayor cooperación internacional, que permita llevar asistencia humanitaria a dónde es requerida, con el único fin de salvar más vidas.


[1] Para más información, ver: http://cenda.org.ve/

[2] Salmerón, V. (Marzo 30, 2020). Coronavirus en Venezuela: ¿Las medidas a implementar amortiguan el impacto en la economía?. Mayo 20, 2020, De PRODAVINCI. Sitio web: https://prodavinci.com/coronavirus-en-venezuela-las-medidas-a-implementar-amortiguan-el-impacto-en-la-economia-b/

[3] Prieto, H. (Abril 5, 2020). Asdrúbal Oliveros: “Pasamos ya de una crisis económica a una crisis social de gran envergadura”. Mayo 20, 2020, de Prodavinci. Sitio Web: https://prodavinci.com/asdrubal-oliveros-pasamos-yaa-de-una-crisis-economica-a-una-crisis-social-de-gran-envergadura/

[4] Lozada, M. (Mayo 18, 2020). “La escasez de gasolina está acabando conmigo”, pacientes no pueden conseguir tratamientos ni atender emergencias. Mayo 20, 2020, de Efecto Cocuyo. Sitio web: https://efectococuyo.com/salud/la-escasez-de-gasolina-esta-acabando-conmigo-pacientes-no-pueden-conseguir-tratamientos-ni-atender-emergencias/.

[5] Lozada, M. (Mayo 16, 2020). Pacientes diabéticos luchan por sobrevivir en medio de la crisis. Mayo 20, 2020, de Efecto Cocuyo. Sitio web: https://efectococuyo.com/salud/pacientes-diabeticos-luchan-por-sobrevivir-en-medio-de-la-crisis/

[6] Souquett, M. (Mayo 18, 2020). “Queremos tratamiento”, claman personas con tuberculosis en protesta en Caracas. Mayo 20, 2020, de Efecto Cocuyo. Sitio web: https://efectococuyo.com/salud/queremos-tratamiento-claman-personas-con-tuberculosis-en-protesta-en-caracas/

[7] Cárdenas, L; Camacho, J. (Mayo 18, 2020). Falta de gasolina cobra la vida de dos pacientes renales en Carabobo y uno en Anzoátegui. Mayo 20, 2020, de Crónica Uno. Sitio web: https://cronica.uno/falta-de-gasolina-cobra-la-vida-de-dos-pacientes-renales-en-carabobo-y-uno-en-anzoategui/

[8] Souquett, M. (Mayo 17, 2020).Hospitales de Caracas permanecen hasta tres semanas sin agua en la cuarentena. Mayo 20, 2020, de Efecto Cocuyo. Sitio web  https://efectococuyo.com/salud/hospitales-de-caracas-permanecen-hasta-tres-semanas-sin-agua-en-la-cuarentena/. y Martínez, D. (Mayo 15, 2020). Falta de agua y luz en hospitales se ha agravado en últimas tres semanas, denuncia Castro. Mayo 20, 2020, de Efecto Cocuyo. Sitio web: https://efectococuyo.com/salud/falta-de-agua-y-luz-hospitales-agravado/