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El mes del Orgullo LGBTIQ+ es una fecha de conmemoración para recordar y visibilizar la lucha por los derechos humanos. Cada marcha es una oportunidad para exigir de manera pública al Estado la aprobación de políticas públicas que permitan acabar con los prejuicios en la sociedad venezolana

Jackelin Díaz

El Día Internacional del Orgullo LGBTIQ+, que se celebra cada 28 de junio, es una fecha para conmemorar las luchas y supervivencias de la comunidad en Venezuela. Es un recordatorio para exigir los derechos que la sociedad da por sentado y alzar la voz por los que ya no pueden.

En Venezuela, la primera marcha del Orgullo Gay se remonta a junio de 1997. Luego hubo una pausa de dos años y se retomó con más organización en el 2000 y 2001. Sin embargo, la falta de registro en los medios de comunicación marcaba la agenda para la época y muestra algunos indicios de cómo la sociedad invisibilizaba al colectivo LGBTIQ+ en el país.

Los inicios y significado del movimiento 

César Pacheco, coordinador del programa de Respuesta al VIH de Acción Solidaria, indicó que las primeras marchas del Orgullo Gay se realizaban en la Plaza de los Museos, en Caracas. Para ese momento, se trataba de concentraciones más reducidas, pero significativas en materia de avance para la exigencia de la libertad y los derechos de la comunidad LGBTIQ+ en el país. Aunque no había un mensaje único para el Estado venezolano, agrega Pacheco, el objetivo de estas manifestaciones era romper con la hegemonía que invisibilizaba al colectivo gay.

Giovanni Piermattei, presidente de la organización civil Venezuela Igualitaria, coincidió en este punto y comenta que el 28 de junio es una fecha que representa la rebeldía y la resistencia. “No es una celebración, sino una conmemoración”, aclara Piermattei. Para el activista, el Día del Orgullo LGBTIQ+ en Venezuela siempre será un espacio de visibilidad para que el Estado otorgue medidas de protección, así como reconozca sus derechos y permita un respeto a la dignidad de quienes han sufrido rechazo solo por pensar distinto. 

Yendri Velásquez, activista y miembro del Observatorio de Violencia LGBTIQ+, destaca que la marcha del Orgullo LGBTIQ+ en Venezuela surge como una respuesta política y una forma de responder ante el odio, la discriminación y la ausencia de derechos fundamentales. Menciona que la fecha es una oportunidad para visibilizar necesidades y las distintas formas de violencia en el país. La lucha de cada 28 de junio, acota Velásquez, es un esfuerzo para promover políticas públicas que garanticen que cualquier persona pueda desarrollar su vida sin que la diferencia sea una excusa para negarles este derecho.

En este punto, César Pacheco resalta que cada conmemoración del Orgullo LGBTIQ+ es una oportunidad de sembrar y allanar el terreno para los jóvenes y las nuevas generaciones. En cada marcha existe la posibilidad de mostrar la fortaleza de cada persona y se reivindique lo que es ser gay o sexo diverso en Venezuela. 

¿Por qué se celebra el Día del Orgullo?

El 28 de junio de 1969 la policía irrumpió en el pub Stonewall Inne del barrio neoyorquino de GreenWich Village. El bar, como de costumbre, estaba repleto de gays, lesbianas, drag queens y transexuales.

Los policías entraron de forma violenta al lugar. 13 personas fueron arrestadas; otras esposadas e introducidas en carros policiales. Todo esto con la excusa de que eran inmorales. Tras esa violenta noche, sobrevinieron seis días de peleas en las calles de Manhattan en los que se gestó una ola que no pararía hasta un año después, cuando se celebraría el primer desfile del orgullo gay en Nueva York, un acontecimiento que cambiaría la historia de la comunidad gay en todo el mundo.

El colectivo LGBTIQ+ perdió el miedo. Muchas personas se unieron a las protestas. La tensión creció y avivó la lucha que hoy se tiene por los derechos civiles para una comunidad diversa. 

Lo que queda por hacer  

“Hay mucho por hacer”, respondieron los tres activistas al realizar esta pregunta. Desde impulsar propuestas que fortalezcan el sentido político de la marcha, reivindicar el papel de las familias, sumar más aliados y movimientos sociales son algunas de las ideas que mencionan para masificar la lucha por el avance de los derechos e igualdades que se exigen al Estado venezolano.

Yendri Velásquez señala que el cambiar realidades es un proceso que involucra a la sociedad, por lo que considera que su papel en la conmemoración del Orgullo LGBTIQ+ es potenciar un mensaje de empatía y de mayor ejercicio sobre la desconstrucción de los prejuicios que actualmente afectan a la comunidad gay o sexo diversa en el país. “Es necesario cambiar realidades en nuestros espacios inmediatos, es decir, en nuestras casas o en nuestros lugares de trabajo. Los cambios no llegan solos, hay que impulsarlos”, agregó.

César Pacheco asegura que la sociedad venezolana debe involucrarse con la lucha de quienes, en un acto de fortaleza y valentía, marchan por el deseo de sentirse libres en su país de nacimiento. Reitera que es fundamental desarrollar propuestas comunicacionales que sean claras, definidas y tangibles para visibilizar que es el Estado venezolano quien debe asumir compromisos como también a respetarlos.

Por su parte, Giovanni Piermattei refiere que la sociedad debe abrir los ojos a la realidad y no continuar negándola. “Deben responder con acciones transformadoras y constructoras de paz ante la violencia que vivimos y que se denuncia”, acotó.

Ningún derecho humano fue conquistado por la voluntad de los poderosos, sino por la insistencia de quienes estaban siendo oprimidos. Velásquez sostiene que desde las ONG seguirán exigiendo los derechos de la comunidad LGBTIQ+ en Venezuela.

Los activistas coinciden en que ningún derecho humano fue conquistado por la voluntad de los poderosos, sino por la insistencia de quienes estaban siendo oprimidos. En ese sentido, cada 28 de junio es una fecha para seguir luchando no por el reconocimiento, sino por garantías que permitan el desarrollo de los miembros de la comunidad LGBTIQ+ en Venezuela como cualquier ciudadano del país.