Fecha: 12/nov/2020
Natasha Saturno Siñovsky
La Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) proyectó en noviembre de 2019 que 4,6 millones de venezolanos se encontraban fuera del país, de acuerdo a sus proyecciones, para finales de este 2020, se estima que esa cifra haya alcanzado los 6,5 millones. A su vez, la ENCOVI 2019, indicó que 19% de las familias encuestadas informó que al menos 1 miembro de su núcleo había migrado.
Reconocidos diarios internacionales como The New York Times han indicado que números como los presentados anteriormente raramente se ven en un contexto que no sea de guerra. Efectivamente, la crisis de Venezuela desde 2016 se ha calificado como una Emergencia Humanitaria Compleja (EHC), término que proviene del campo humanitario para explicar situaciones donde las dimensiones de la tragedia humanitaria sobrepasan las capacidades del Estado para atender a su población, por lo que, se requiere de asistencia internacional. Además, hay múltiples causas que generan este tipo crisis (sociales, económicas, políticas) y que son especialmente complicadas de resolver.
A pesar de los grandes obstáculos y dificultades que representa para una persona tener que irse de su país, es sencillo entender por qué los venezolanos toman la decisión (forzosa) de migrar. La alternativa, es quedarse y continuar enfrentando: una inflación anual de 9.586% (2019) de acuerdo a cifras del Banco Central de Venezuela, recesión económica que empezó en 2015 y aún continúa, salario mínimo de 1,5USD por mes cuando la Cesta Básica Alimentaria que para junio de 2020 costaba 202,46$ mensuales, sistema público de salud colapsado, desabastecimiento de medicamentos de 80% (Fefarven), inseguridad alimentaria, colapso de los servicios públicos como electricidad, agua y transporte, así como desabastecimiento generalizado de la gasolina, en especial, en las regiones.
De hecho, de acuerdo a la ENCOVI 2019, el 82,8% de las personas que migraron en 2019 lo hicieron para buscar trabajo y 30% de los hogares donde un miembro familiar migró entre 2014 – 2019 recibe remesas, es decir, muchos migran no solo huyendo de las consecuencias de la EHC, sino buscando como ayudar a los familiares que se queda.
El impacto diferenciado en mujeres
A todo lo anterior, debemos agregar otras causas que impulsan a las mujeres a migrar y que las dejan en situación de mayor vulnerabilidad. Es el impacto diferenciado de la EHC y la mayoría están relacionadas con su derecho humano a la salud.
María Corina Muskus, abogada venezolana, directora y fundadora de Venezolanas Globales, señala que otras causas que impulsan a las venezolanas a migrar están relacionadas con: la escasez de métodos anticonceptivos, el deterioro de los servicios de salud públicos, el incremento en la mortalidad materna e infantil, la pobreza menstrual y la dificultad para conseguir alimentos.
Sobre lo anterior, podemos agregar unos datos, el desabastecimiento de métodos anticonceptivos es de 90% de acuerdo a Convite, lo que impiden la planificación familiar y los embarazos no deseados, especialmente en menores de edad, índice que lidera Venezuela en la región. Además, la mortalidad materna aumentó de 2015 a 2016 en 66% y la infantil en 30% de acuerdo a HUM Venezuela, lo que ha llevado a las venezolanas embarazadas a cruzar la frontera para dar a luz en Cúcuta. También, para las mujeres menstruantes acceder a productos de higiene menstrual significa emplear al menos 2 salarios mínimos de sus ingresos por cada periodo, de acuerdo con cifras de CEPAZ.