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La crisis en Venezuela ha desencadenado el desabastecimiento de antirretrovirales, denuncian que el Gobierno de Nicolás Maduro canceló la compra de los medicamentos desde hace un año.

El éxodo venezolano es una de las aristas más conocidas de la crisis en Venezuela, pero quienes se quedan en el país gobernado por Nicolás Maduro también enfrentan el desabastecimiento de medicamentos. Una situación que se agrava para quienes son diagnosticados como VIH positivos, ya que hallar antirretrovirales en Venezuela se ha convertido en una tarea imposible.

Se estima que 150.000 venezolanos tienen VIH y el desabastecimiento de medicinas, sobre todo antirretrovirales, llegó a ser total en abril pasado. Este mes se cumple un año desde que el gobierno de Nicolás Maduro dejó de hacer las compras regulares de antirretrovirales para dotar el Programa Nacional de VIH-Sida.

La tragedia de las personas enfermas inició hace dos años cuando los severos problemas económicos de Venezuela empezaron a germinar. Fue entonces cuando el gobierno de Nicolás Maduro decidió reducir las importaciones de medicamentos. Al principio, esa medida contemplaba sólo los fármacos más elementales; pero después empezaron a escasear los antibióticos y los antiinflamatorios.

En el caso de las personas seropositivas, empezaron a padecer el desabastecimiento desde el 2016, pero desde el año pasado la situación se tornó sumamente crítica. Para muchos, no poder consumir los medicamentos debidos equivale a una sentencia de muerte.

Por ejemplo, las personas diagnosticados con VIH deben realizar, cada semestre, exámenes de CD4 y de carga viral  para medir la resistencia del virus en la sangre. Sin embargo, desde hace dos años el sistema de salud público de Venezuela canceló dichos servicios.

A pesar de la grave crisis en Venezuela, Nicolás Maduro niega la situación achacando la ola de migración al engaño de los medios de comunicación. Sin embargo, según las Naciones Unidas un total de 2,3 millones de venezolanos han huido del país desde 2014, dirigiéndose principalmente a Colombia, Ecuador, Perú y Brasil.

El regreso a los ochenta de los pacientes con VIH

Según Carlos Pérez Pérez, jefe del Servicio de Infectología del Hospital General del Oeste, la gravedad del desabastecimiento de medicinas lleva a los pacientes a un trágico regreso en el tiempo hacia los ochenta. En aquella década empezó la epidemia del VIH/SIDA y los antirretrovirales no se habían establecido en el protocolo contra la enfermedad. La única solución que hallaron los pacientes fue tratarse con remedios caseros, al igual que ahora.

“Cada semana se me mueren dos pacientes. Están llegando ya en fase de sida y esos casos de recién diagnosticados están muy inmunosuprimidos. Esto ha incidido en un aumento significativo de las muertes por VIH. Estos meses hemos tratado la crisis, discriminando entre aquellos pacientes que están mejor, repartiendo dosis para una semana de tratamiento, usando los fármacos que van dejando los pacientes fallecen o recetando el esquema incompleto, aunque estamos conscientes de que eso favorece la aparición de VIH resistente. La situación ha sido tan grave que yo he recomendado a los pacientes emigrar o, si tienen la posibilidad de que se los traigan de afuera que lo hagan, pero eso es algo insostenible para muchas familias”, dice Pérez, que desde hace 20 años trata a pacientes con VIH.

Las alarmantes cifras de pacientes desatendidos

Se calcula que en Venezuela hay 150.000  personas con VIH, de los cuales solo 73.000 están inscritos para recibir tratamiento a través del Ministerio de Salud. Esta última cifra se redujo en 10.000 con respecto al año pasado entre los fallecidos y las personas que han emigrado, según señala Eduardo Franco, secretario general de la Red Gente Positiva, que agrupa a las personas con la enfermedad en Venezuela.

Sin embargo, las cifras son tan solo una estimación  porque el Gobierno no publica información epidemiológica desde hace años y este 2018 el despacho de salud eliminó su portal web.

Muchos pacientes con VIH y con otras patologías crónicas se han ido para poder salvarse en países como México, Brasil, Argentina, Chile y Perú, donde los sistemas de salud tienen mayores facilidades de acceso.  A pesar de ello, según Franco “muchos se han muerto en el camino”.

Ante la alarmante situación, diversas ONG presionaron a la Organización Panamericana de la Salud y esta respondió enviando un lote de antirretrovirales. Sin embargo, la ayuda es insuficiente.

Fuente: La República