La falta de acceso a la vacuna contra la polio en Venezuela constituye una violación directa de los tratados internacionales que velan por la protección del derecho humano a la salud. El Estado venezolano tiene la obligación de garantizar que sus ciudadanos tengan acceso a servicios de salud de calidad, incluyendo programas de inmunización que los protejan contra enfermedades prevenibles
En un caluroso día de verano en Caracas, la desesperación se refleja en el rostro de Nayadé, una madre de 24 años de edad. Con su bebé de 10 meses en brazos, se encuentra en el centro de la ciudad recorriendo los distritos sanitarios en una búsqueda desgarradora y frustrante: la vacuna contra la poliomielitis. En un país azotado por la Emergencia Humanitaria Compleja encontrar una dosis de esta vital vacuna se ha convertido en una lotería.
Para Nayadé es una suerte conseguir un ambulatorio que disponga de la polio, como se conoce normalmente. El sol ya es inclemente, y la paciencia de los presentes se desvanece a medida que la fila se alarga. La espera termina con la llegada de un agente de la salud que se asoma en la puerta y anuncia que la dotación de vacunas contra la polio no ha llegado, una noticia que provoca suspiros de frustración. Las madres, incluida Nayadé, llevan a cabo una conversación apagada, tratando de entender cómo una dosis que antes era tan accesible, hoy ha llegado a esta situación.
Finalmente, Nayadé regresa a casa con su bebé en brazos y una sensación de impotencia. La venezolana contó su situación en una jornada de salud realizada en el sector bajo Paují, una comunidad rural ubicada en el municipio El Hatillo del estado Miranda. Fue allí donde finalmente, luego de búsquedas sin éxito, consiguió que le aplicaran la vacuna a su hijo.
La poliomielitis, conocida comúnmente como polio, es una enfermedad viral altamente contagiosa capaz de destruir el sistema nervioso y causar parálisis permanente. A pesar de que en gran parte del mundo se ha logrado controlar y erradicar esta enfermedad, Venezuela se enfrenta a un desafío preocupante en su lucha contra la polio: la baja cobertura de vacunación.
Así lo advierte Huniades Urbina, pediatra y vicepresidente de la Academia Nacional de Medicina, quien sostuvo que la vacuna contra la polio es imprescindible para el sistema de salud. El especialista mencionó que actualmente la cobertura vacunal de la polio está por 59 % cuando debería posicionarse sobre el 95 %, situación que, a su juicio, incide en un alto riesgo para la aparición de un brote de esta enfermedad debido a la falta de recursos destinados para su prevención y control.
En Venezuela, al igual que en otros países, la vacuna contra la poliomielitis se administra a los niños en múltiples dosis durante sus primeros años de vida. Esta estrategia ha sido exitosa en la erradicación de la enfermedad en gran parte del mundo. Pero el panorama cambia cuando no se tiene un registro oficial sobre los casos y no hay certezas de cuántos niños no están siendo vacunados.
El médico Alejandro Crespo Freytes, representante de la Sociedad Venezolana Puericultura y Pediatría, publicó datos alarmantes sobre la disminución de la cobertura de vacunación contra la poliomielitis en el país y las consecuencias que eso genera. En 2022, de los siete casos compatibles con parálisis flácida aguda por polio de América, seis se registraron en Venezuela.
“La mitad de los niños en Venezuela no tiene las dosis completas de la vacuna contra la poliomielitis. El porcentaje de niños vacunados viene cayendo dramáticamente desde 2015, de 87 a 50%. Además, a eso le sumamos que hay casos sospechosos que no se investigan aún cuando el riesgo es altísimo”, explicó Crespo Freytes.
En la década de 1990, Venezuela tenía una cobertura de vacunación cercana al 90%, lo que contribuyó significativamente a la erradicación de la polio en el país. Sin embargo, en el país no se ha reportado un caso de polio desde hace más de 30 años, lo cual genera dudas para el gremio de pediatras debido a que en la actualidad sólo alrededor del 40% de los niños en Venezuela recibe las dosis necesarias de la vacuna.
Esta disminución en la detección de posibles casos de polio es motivo de gran preocupación. La polio es una enfermedad altamente infecciosa y la parálisis causada por la polio es irreversible y puede llevar a una discapacidad permanente, lo que representa una carga adicional para el ya precario sistema de salud de Venezuela.
Varias causas contribuyen a la baja cobertura de vacunación contra la polio en Venezuela. Una de las razones principales es la escasez de suministros médicos y la falta de acceso a servicios de salud de calidad. La crisis económica y política que ha afectado al país en los últimos años ha dado como resultado la falta de recursos y personal médico, lo que dificulta la administración de vacunas de manera eficaz.
Además, la presencia de la polio en el país podría tener implicaciones internacionales. En un mundo globalizado, las enfermedades infecciosas pueden propagarse rápidamente a través de las fronteras, lo que aumenta la importancia de mantener altas tasas de vacunación para proteger a la población en general.
La situación actual de Venezuela exige medidas inmediatas para abordar la baja cobertura de vacunación contra la polio. Es fundamental que el gobierno garantice el derecho a la salud con la dotación de vacunas a los niños, niñas y adolescentes. Se deben implementar estrategias para llegar a las comunidades más remotas y vulnerables.
El acceso a la atención médica y a las vacunas es un derecho humano fundamental. Sin embargo, en el caso de Venezuela, esta garantía de salud se ha visto gravemente comprometida debido a la falta de cobertura regular y a nivel nacional de las vacunas, incluyendo la vacuna contra la polio.
Esta situación no solo vulnera los derechos de los ciudadanos, sino que también viola múltiples acuerdos y tratados internacionales. El derecho a la salud se encuentra protegido por la Declaración Universal de Derechos Humanos, el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, y la Convención sobre los Derechos del Niño. Estos acuerdos establecen que los Estados tienen la responsabilidad de garantizar el acceso a servicios de salud adecuados, incluyendo la prevención y control de enfermedades mediante programas de vacunación.
En ese sentido, la falta de inversión en la infraestructura de salud y la incapacidad para garantizar una distribución regular de vacunas, incluyendo la de la polio, conduce al país al riesgo de un aumento en brotes de enfermedades prevenibles.