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Pese a las mejoras en los tratamientos antirretrovirales, la diarrea continúa siendo un efecto secundario de alta incidencia

Según los resultados de un metaanálisis, la diarrea sigue siendo una comorbilidad importante en las personas con el VIH que reciben tratamiento, pese a las mejoras de los fármacos antirretrovirales. Aunque la diarrea puede tener múltiples causas y no siempre se produce como efecto secundario de la medicación, ésta afecta negativamente a la calidad de vida de las personas que la sufren. Éstos son los principales resultados de un estudio presentado durante la 22 Conferencia Internacional del Sida (AIDS 2018), celebrada a finales de julio en Ámsterdam (Países Bajos).

Existe la idea generalizada de que los problemas gastrointestinales debidos a la infección por el VIH han disminuido con el tiempo, especialmente desde la llegada del tratamiento antirretroviral de gran actividad (TARGA). Sin embargo, una encuesta realizada en 2014 en una cohorte de personas con el VIH reveló que aproximadamente el 20% de los participantes reportaba tener diarrea o heces blandas en el momento de su visita médica.

Se sabe que durante los primeros 15 días tras la infección por el VIH, el virus lesiona la pared intestinal y el sistema inmunitario asociado a mucosas. Como consecuencia de ello, el intestino se vuelve poroso, permitiendo el paso de bacterias intestinales a la sangre, lo que genera una hiperactivación e inflamación crónicas. Según los resultados de diferentes estudios, pese al inicio temprano del tratamiento antirretroviral, no se consigue reconstituir totalmente la mucosa gastrointestinal.

Con el fin de conocer si la tasa de diarrea asociada al VIH ha variado a lo largo del tiempo, un equipo de investigadores de EEUU llevó a cabo un metaanálisis que incluyó 38 estudios realizados desde el 2008 hasta el 2016 que fueron extraídos de la base de datos de los Institutos Nacionales de Salud de EE UU (NIH, en sus siglas en inglés).

Teniendo en cuenta todos los estudios incluidos en el análisis se contó con datos de un total de 21.066 personas que recibían tratamiento antirretroviral, de los cuales 11.821 tomaban tratamientos en investigación y el resto actuaban en dichos estudios como controles activos (tomaban tratamientos pero ya aprobados). Del total, 21 de estos estudios fueron llevados a cabo en pacientes naive. Entre los fármacos que los participantes tomaban se incluían dolutegravir, raltegravir, elvitegravir, efavirenz, rilpivirina, atazanavir, darunavir, cobicistat, emtricitabina y tenofovir.

Tras el análisis de los datos se observó que la mediana de la incidencia de diarrea fue prácticamente igual en el brazo de intervención y de control de los estudios, siendo de un 17,5% y 17,9%, respectivamente. Al comparar la incidencia de diarrea como efecto adverso en estudios realizados una década atrás con la incidencia en estudios más recientes , tampoco se observaron diferencias a pesar de que los fármacos habían cambiado notablemente.

La diarrea fue reportada de forma más común entre aquellos participantes que recibían tratamiento por primera vez (19,7%) que en personas con experiencia previa en tratamientos (13,7%). Esta diferencia, estadísticamente significativa (p< 0,001), pudo reflejar una mayor incidencia de efectos secundarios en aquellas personas que recibieron tratamiento por primera vez. Sin embargo, también podría deberse al daño persistente causado por el virus en los intestinos por no haber recibido tratamiento hasta el momento.

La tasa de diarrea entre los participantes de los diferentes estudios tendió a ser mucho más elevada que la tasa reportada como un efecto adverso en los prospectos aprobados por la Agencia de la Alimentación y el Medicamento de EE UU (FDA, en sus siglas en inglés). Por ejemplo, en el prospecto de Stribild® (tenofovir, emtricitabina, elvitegravir y cobicistat) aparece la diarrea como un efecto secundario en el 12% de los casos mientras que en los estudios se observó en un 20,6% de las personas que lo tomaban.

Los resultados del presente estudio ponen de manifiesto que la diarrea continúa siendo una comorbilidad importante en las personas que viven con el VIH. Estos hallazgos enfatizan la necesidad de realizar estudios para caracterizar y atajar los problemas gastrointestinales de las personas con el VIH.

Fuente: Aidsmap/ Elaboración propia ( gTt-VIH )