Naiguel j. Baspe
Un total de 73 países han advertido que corren el riesgo de que se agoten las existencias de medicamentos antirretrovirales como consecuencia de la pandemia mundial de COVID-19, según una nueva encuesta de la OMS realizada en vísperas de la conferencia bianual de la Sociedad Internacional del SIDA. Con especial énfasis en las notificaciones de 24 países, quienes informan sobre la disminución a niveles críticos de las reservas de los esquemas de TAR o bien de alteraciones en el suministro de estos medicamentos.
Esta falla reporta dos cuestiones: El bloqueo de transportes aéreos y terrestres y la utilización de esquemas TAR para tratar casos de COVID-19.
Sobre la primera, se encuentran la incapacidad de los proveedores para entregar a tiempo los medicamentos antirretrovirales y el cierre de los servicios de transporte terrestre y aéreo, junto con el acceso limitado a los servicios de salud dentro de los países como consecuencia de la pandemia. Sobre la segunda, por otro lado, los esquemas como Kaletra y Tenofovir han entrado en estado de reserva en los Estados que han empleado su uso para tratamiento del COVID-19.
El primer medicamento para el VIH que se probó en el tratamiento del Coronavirus, fue el llamado Kaletra (Lopinavir + Ritonavir). Su uso llego a popularizarse en varios países durante los primeros meses de la pandemia. Hace unas semanas se publicó un artículo que no encontró diferencias entre las personas que no recibían tratamiento y aquellas que tomaron Kaletra. Con esto, quedó prácticamente descartado su uso para personas con COVID-19.
Posterior a ello se probó el Tenofovir, en su versión sencilla como en la combinada con Emtracitabina (Truvada), llevando a la conclusión que sí podría haber un efecto protector, pero no necesariamente para quien arroje positivo a COVID-19.
En nuestro país la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales (ACFIMAN) junto a la Academia Nacional de Medicina (ANM), en un comunicado conjunto, han rechazado y advertido sobre el uso de hidroxicloroquina y la incorporación de dióxido de Cloro junto al antirretroviral Kaletra, como tratamiento a los casos de COVID-19, por parte de las autoridades sanitarias, a pesar de ya no estar recomendado por la OMS. Además, es alarmante que se estén utilizando las reservas de este TAR en el país, lo que produciría escasez y privaría a los usuarios que consumen mencionado esquema. Situación que causa alarma, motivado a la crisis de suministros que se vivió en el 2017, que a pesar de estar compensada con la distribución de TLD como esquema único, aún en el país hay usuarios que consumen Kaletra como esquema efectivo para contrarrestar los efectos de vivir con la condición de VIH en el país.
La preocupación radica que en Venezuela, bajo la Emergencia Humanitaria Compleja que atraviesa y el episodio de desabastecimiento vivido en 2017, existen irregularidades con la compra y adquisición de TAR. En 2017 fue subsanado en parte, por la cooperación técnica con el Fondo Mundial para la lucha contra el VIH/sida, la Tuberculosis y Malaria, pero en la actualidad es conocido que no hay avances para nuevas compras y aprobación de fondos para las mismas, por eso se hace énfasis en la preocupación que las cantidades de Kaletra disponible en el país, tengan otro destino que no sea el de los usuarios del Programa Nacional de VIH/sida.
Según la encuesta, 38 países han interrumpido las pruebas de detección del VIH, 17 en los servicios para población clave, 12 de ellos el suministro de preservativos y 7 profilaxis pre – exposición (PrEP), tratamiento para prevenir el VIH en aquellas personas con alto riesgo de transmisión.
El COVID-19 podría agravar la situación, por eso recientemente, la OMS elaboró unas orientaciones para los países sobre cómo mantener de forma segura el acceso a los servicios esenciales de salud durante la pandemia, incluidas todas las personas que están afectadas o viven con el VIH. Es por ello que se deben seguir las orientaciones en país a fin de evitar las interrupciones en el acceso al tratamiento del VIH facilitando medicamentos para varios meses y garantizar de manera especial la disponibilidad de Kaletra para usuarios que lo consumen, aunque se estén dando usos médicos contra el COVID-19.