Ante los desafíos que sugieren la Emergencia Humanitaria Compleja en Venezuela, la Unidad de Respuesta en VIH Acción Solidaria ha emergido como sustento para muchas personas gracias a su enfoque pragmático y colaborativo. Únicamente a través del trabajo en alianza, la organización ha logrado ofrecer respuestas cruciales a las poblaciones claves en el país, abordando necesidades específicas que requieren atención urgente
Jackelin Díaz Landázabal
En Venezuela, la respuesta estatal ante el VIH dejó de ser integral y ha retrocedido 15 años, sumergiendo al país en una parálisis que solo contribuye en el deterioro y vulnerabilidad de las personas con VIH. Ante esta situación, las organizaciones de la sociedad civil han asumido la responsabilidad de atender a las poblaciones claves, debido a la falta de mecanismos de prevención efectivos por parte del Estado.
Desde 2016, la adquisición de tratamientos antirretrovirales en Venezuela se ha paralizado, obligando al país a depender de organismos internacionales como el Fondo Global para la Prevención de Tuberculosis, Malaria y VIH para garantizar el acceso a estos medicamentos esenciales. El programa nacional de VIH y las coordinaciones regionales enfrentan crecientes obstáculos para realizar jornadas de detección gratuitas, mientras el acceso a preservativos se vuelve cada vez más escaso. La falta de reactivos para exámenes de control como carga viral o CD4 y la disponibilidad limitada de un solo tratamiento antirretroviral crean una red de carencias que comprometen la respuesta al VIH.
En el complejo escenario de la Emergencia Humanitaria Compleja, Acción Solidaria, desde la Unidad de Respuesta en VIH como parte de sus líneas de acción en el Centro de Servicios Comunitarios, ha documentado una reactividad mensual que oscila entre el 15 % y el 20 % en la población. Para octubre de 2023, la Unidad registró el pico de reactividad más alto en todo el año con un 22 %, lo cual visibiliza la urgencia de medidas de prevención en el país.
César Pacheco, director de la Unidad de Respuesta en VIH de Acción Solidaria, destaca que cada diagnóstico representa una historia particular de vida y una lucha cuesta arriba en el contexto venezolano. La falta de conciencia sobre la posibilidad de contraer el VIH contribuye al aumento del número de casos, por lo que la internalización de esta realidad, según Pacheco, podría empoderar a muchas personas, permitiéndoles tomar medidas preventivas, como el uso de preservativos o la realización de chequeos de manera regular.
El director de la Unidad también resalta que los gobiernos están en la obligación de ofrecer la máxima calidad y diversidad en la atención del VIH, reconociendo la importancia de una respuesta integral y coordinada. En este contexto, Pacheco destaca el papel fundamental de las organizaciones humanitarias y de sociedad civil que laboran en conjunto en suplencia de la labor estatal.
Pero además de esta difícil tarea, son las organizaciones quienes visibilizan y hacen incidencia en las necesidades del sistema de salud público. En ese sentido, César Pacheco manifestó su preocupación por la migración de personal médico, lo cual dificulta una posible generación de relevo, en este caso, en el área de Infectología en el país. A pesar de contar con referentes notables, como Mario Comeña, Patricia Valenzuela y Martín Carballo, el director cuestiona la formación de nuevos profesionales en esta área crucial porque, a su juicio, esta laguna generacional debilita aún más la respuesta estatal ante el VIH.
En este contexto, Pacheco también destaca que se requiere la adquisición constante de tratamientos y el fortalecimiento de los programas de prevención. La realidad del VIH en Venezuela exige también un reconocimiento al impacto no solo en la salud física sino también psicológica y emocional de quienes viven con VIH y no tienen los recursos para garantizarse un futuro estable y saludable. Quienes no pueden acceder a un tratamiento antirretroviral o no tienen los recursos para costear los chequeos regulares se sumergen en una crisis emocional que los lleva a deteriorar su calidad de vida y pone en riesgo su salud.
Por eso, para la Unidad de Respuesta en VIH de Acción Solidaria es crucial un enfoque renovado para la adquisición de tratamientos y el fortalecimiento de los programas de prevención, así como la naturalización de la prueba de despistaje, lo que insta a la articulación de las organizaciones de la sociedad civil a continuar trabajando en colectivo.
Es así cómo, todos los años, la Unidad ha priorizado el abordaje de las necesidades de esta población mediante alianzas estratégicas que han permitido abordar de manera efectiva las necesidades de personas con VIH. En 2023, la organización ha llevado a cabo acciones concretas, incluyendo jornadas de atención a trabajadoras sexuales, actividades de sensibilización dirigidas a la población joven y programas de formación para profesionales de la salud. Estos esfuerzos combinados se erigen como un pilar fundamental en la respuesta al VIH, especialmente en el contexto de la no discriminación.
Se trata de un compromiso tangible con la atención a las trabajadoras y trabajadores sexuales, reconociendo la importancia de abordar las necesidades específicas de esta población vulnerable. La colaboración efectiva ha permitido una cobertura más amplia y una respuesta más eficaz para esta población que a menudo enfrenta barreras significativas en el acceso a la atención médica.
En paralelo, Acción Solidaria ha llevado a cabo actividades de sensibilización dirigidas a la población joven del país, reconociendo la necesidad de abordar la prevención y la conciencia desde edades tempranas. Estas iniciativas van más allá de proporcionar información sobre el VIH; buscan derribar estigmas y fomentar prácticas seguras. La colaboración con instituciones educativas en conjunto con la sociedad civil ha amplificado el alcance de estas campañas.
La formación de profesionales de la salud emerge como un componente clave de la respuesta integral de Acción Solidaria. Reconociendo el papel fundamental que desempeñan estos actores en la atención y el apoyo a personas con VIH, la organización ha implementado programas de formación que abordan no solo aspectos médicos, sino también la sensibilización y la promoción de prácticas no discriminatorias. El objetivo es construir un cuerpo de profesionales de la salud que se conviertan en agentes activos contra el estigma asociado al VIH.
Este enfoque integral ha permitido a Acción Solidaria abordar de manera significativa las complejidades del VIH en Venezuela. La respuesta no solo se centra en la atención médica, sino que busca influir en la conciencia colectiva y en la actitud de la sociedad hacia esta realidad. La colaboración y la acción directa se convierten así en elementos cruciales en la ruta hacia una respuesta al VIH que sea inclusiva, efectiva y libre de discriminación.
El testimonio de César Pacheco no solo ofrece una mirada crítica sobre la situación del VIH en Venezuela, sino que también plantea un llamado a la conciencia y la acción. En un momento donde el retroceso es evidente, Pacheco afianza un recordatorio de la urgencia de abordar esta crisis de manera integral y abogar por medidas concretas que restauren la dignidad y mejoren la calidad de vida de quienes viven con esta condición de salud. En un contexto donde el tiempo parece haberse revertido, la lucha contra el VIH en Venezuela requiere una respuesta urgente y comprometida que solo será posible con el trabajo articulado y no con esfuerzos aislados.
“Tenemos que sentarnos en una mesa todos los actores y colaborar entre nosotros. Nadie puede responder efectivamente solo al tema del VIH en Venezuela, tenemos que trabajar juntos”, concluyó Pacheco.