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El Centro Regional de Información de las Naciones Unidas para Europa Occidental (URIC) señala que hasta 1,7% de los recién nacidos tienen características sexuales que no se adaptan a las definiciones típicas de hombre y mujer, lo que, en términos estadísticos, es tan común como ser pelirrojo. Esto hace especialmente importante el día de Visibilidad Intersexual, celebrado cada 26 de octubre

Kimberley González Mijares

El primer día de la visibilidad intersexual tuvo lugar en 2004, sin embargo, los orígenes de la fecha se remontan hasta 2003, cuando Emi Koyama, quien anteriormente había trabajado en la Intersex Society of North America (ISNA), y Betsy Priver, cofundadora de Bodies Like Ours, impulsaron la idea de hablar de intersexualidad durante todo el mes de octubre, partiendo de la necesidad de establecer un día para visibilizar la experiencia intersexual. 

La fecha no tardó en llegar: 26 de octubre, en conmemoración a la protesta llevada a cabo en 1996, donde miembros de la ISNA, en conjunto con aliados de Transexual Menace se plantaban en Boston, donde se celebraba la reunión anual de la Academia Americana de Pediatria (AAP), mostrando su desaprobación ante las cirugías tempranas y agresivas prácticadas en personas intersexuales durante la niñez. Más tarde, el movimiento nacido en internet se populariza gracias a un artículo del consorcio News of The Weird y para 2004 ya se había corrido la voz del Día de la Visibilidad Intersexual. 

Importancia de reconocer la experiencia intersexual: un tema de derechos y salud integral

Las personas intersexuales son aquellas que nacen con características biológicas que escapan a las definiciones tradicionales de hombre y mujer, van desde la anatomía sexual, los órganos reproductivos hasta los patrones hormonales/cromosómicos. No existe una sóla forma de ser intersexual, sino que abarca un amplio abanico de características o factores que pueden ser evidentes prenatalmente, en el momento del parto o emerger durante la pubertad o, incluso, más tarde en la vida. 

Históricamente los derechos de las personas Intersexuales han encontrado un abordaje insuficiente, y como resultado, la intersexualidad se ha mantenido prácticamente invisible, esto hace fundamental la necesidad de reconocerlos y visibilizarlos. 

Lamentablemente, sólo un pequeño número de países ha tomado acciones para promover o proteger los derechos de las personas intersexuales. En el mundo sólo 9 países (Chile, Colombia, Islandia, España, Portugal, Grecia, Malta y Grecia) cuentan con legislaciones nacionales que restringen intervenciones quirúrgicas a niños y niñas intersexuales, otros 2 países (India y Australia) tienen legislaciones regionales. Y en nuestro caso, Venezuela se suma a los otros 182 países sin restricciones o protecciones a niños y niñas intersexuales.

La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas (OHCHR) a través de una nota de antecedentes muestra la importancia de enfatizar en las vulneraciones de Derechos Humanos (DDHH) que afectan a las personas intersexuales, las bases para muchas de estas vulneraciones se encuentra en estereotipos y roles dañinos, estigma, tabú y la patologización (proceso cuyo objetivo es mostrar como problemas de salud a características biológicas o a eventos vitales que en la práctica no lo son). 

La OHCRH reconoce que las personas intersexuales se enfrentan a distintas vulneraciones que incluyen, pero no se limitan a: infanticidio, intervenciones médicas coercitivas u obligadas, discriminación en diferentes ámbitos como la educación, el deporte, empleo y otros, y, la falta de acceso a la justicia y reparaciones, al igual que reconocimiento legal. 

La discriminción a la que son sometidas las personas intersexuales encuentra su orígen en el sistema sexo-género que establece estereotipos y roles de género que condicionan la vida de las personas en función de su sexo biológico, de esta forma, a pesar de que la intersexualidad puede estar relacionada pero, no se limita a la identidad de género de las personas, estas terminan enfrentadose a un mundo binario (hombre o mujer), al respecto, en su texto Cuerpos Sexuados, la investigadora Anne Fausto-Sterling plantea lo siguiente: “Puesto que los intersexuales encarnan literalmente ambos sexos, su existencia debilita las convicciones sobre las diferencias sexuales”. 

En este sentido, la experiencia de vida de las personas intersexuales se encuentra marcada por historias de intervenciones y patologización, en palabras de Fausto-Sterling “Desde el punto de vista de la práctica médica, el progreso en el tratamiento de la intersexualidad implica mantener la normalidad”, lo que en octubre de 1996 fue motivo de protesta para los miembros de la ISNA, sigue hoy en día, formando parte de las exigencias de las personas intersexuales para vivir con salud integral y plenitud de derechos, es decir, una vida digna. 

Las activistas Laura Inter y Eva Alcántara, en su testimonio recogido por la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) señala como la experiencia intersex está marcada, en su mayoría, por frecuentes revisiones de los genitales en presencia de diversos médicos, procedimientos quirúrgicos y hormonales para adaptarse a estándares establecidos, al igual que la toma de fotografías de forma constante del cuerpo o partes de este, extracción de gónadas sin señales de enfermedad, entre otros. Fausto-Sterling también escribe sobre este tema: “Muchos intersexuales adultos declaran que los exámenes genitales repetidos, a menudo con fotografías y una concurrencia de estudiantes e internos, constituyen uno de sus recuerdos de infancia más dolorosos”. 

La deshumanización del cuerpo en pro de la estandarización de las personas intersexuales, muchas veces sometidas a estas prácticas durante la infancia, sin haber dado su consentimiento o sin haber sido propiamente informados es lo que configura las vulneraciones que sufren y les coloca en un lugar de vulnerabilidad, en palabras de Anne Fausto-Sterling: “Como hemos visto, la cirugía genital infantil es cirugía estética con un fin social: remodelar un cuerpo sexualmente ambiguo conforme a nuestro sistema de dos sexos”.

Para que las personas intersex, al igual que todas las personas, puedan vivir en plenitud es necesario el reconocimiento de los roles y estereotipos de género, el estigma y la discriminación que sufren, la educación y la sensibilización sobre la intersexualidad, así como regulaciones que les protejan y castiguen las vulneraciones a las que son sometidas. 

Una reciente victoria: un poco de esperanza

El día 04 de abril de 2024 fue aprobada a través de una votación histórica por parte del Consejo de Derechos Humanos (CDH) de la Organización de Naciones Unidas (ONU) una resolución en la que hace un llamado a los Estados Miembros a aumentar sus esfuerzos y trabajar en colaboración con las organizaciones internacionales y regionales pertinentes para intensificar la lucha contra la discriminación, la violencia, y las prácticas nocivas hacia las personas con variaciones innatas en las características sexuales, y que, en general, trabajen para que las personas puedan hacer efectivo el derecho al disfrute del mayor nivel posible de salud física y mental. 

En este sentido, desde Acción Solidaria invitamos a reflexionar sobre la importancia de garantizar los derechos de las personas intersexuales, promoviendo su bienestar y protegiéndolas de intervenciones no consensuadas. Es fundamental avanzar en la educación y sensibilización pública, para derribar los estigmas que han mantenido invisibilizadas a estas personas por tanto tiempo. En este contexto, resulta crucial asegurar el derecho humano a la salud, garantizando atención médica integral y respetuosa que no vulnere su autonomía. Al reconocer su derecho a una vida plena y digna, libre de discriminación y violencia, damos un paso hacia una sociedad más inclusiva y respetuosa de la diversidad. Hoy más que nunca, hacemos un llamado a la reflexión sobre el valor de la empatía y el respeto por las diferencias.