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(Caracas, 08.10.2018. Civilis DDHH). Para Natasha Saturno, abogada y miembro de Acción Solidaria, en Venezuela se observan situaciones de violaciones masivas de los derechos humanos, lo que permite afirmar que estamos en medio de una emergencia humanitaria compleja.

La abogada y defensora de los derechos humanos logró que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) le otorgara una medida de protección cautelar a una persona con hemofilia, quien comenzó a recibir su tratamiento como consecuencia de esa acción.

¿A qué se dedica Natasha Saturno?

Soy abogada, cursando actualmente una especialización en derechos humanos en la Universidad Central de Venezuela (UCV). Me dedico a la defensa de los derechos humanos, en especial el derecho a la salud.

¿En qué está trabajando actualmente Natasha?

Actualmente estoy trabajando en una solicitud de medidas cautelares a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para 364 personas con VIH/sida con el fin de exigir al gobierno venezolano la entrega del tratamiento antirretroviral a todas estas personas. En algunos casos hay personas que tienen hasta 10 meses sin recibir tratamiento.

¿En qué está trabajando Acción Solidaria?

Acción Solidaria está trabajando en su programa Acción Humanitaria que tiene dos vertientes: el primero es el programa de donación de medicamentos, el cual ha sido una luz de esperanza para muchas personas que no han podido encontrar sus medicamentos o que no tienen la capacidad adquisitiva para comprarlos. La segunda vertiente es el programa de asistencia legal donde trabajo. Actualmente ofrecemos asesoría a personas con VIH/sida y llevamos casos de incidencia nacional e internacional en el derecho a la salud. El año pasado obtuvimos unas medidas cautelares de la CIDH para una persona con hemofilia que no tenía tratamiento y hemos tratado de replicar este proceso para defender los derechos humanos de más personas con VIH/sida.

¿Cuál crees que es el papel de los defensores frente a la situación que está viviendo el país?

El papel de los defensores es el mismo en cualquier contexto país: velar el cumplimiento por parte del Estado de sus obligaciones en materia de derechos humanos. Eso implica una labor de vigilancia y exigencia de nuestros derechos; el cómo, cuándo y dónde varía dependiendo de nuestros enfoques y especializaciones.

¿Qué motiva a Natasha continuar con su labor?

Suena un poco desgastado, pero no hay satisfacción más grande que ayudar a otros y ante la emergencia humanitaria compleja que vivimos en Venezuela, no concibo un mejor lugar para cumplir humildemente con esta vocación. Así que me motiva saber que desde mi escritorio puedo ayudar a otros dándoles una voz pacífica pero demandante de sus derechos.

¿Cuál es el camino hacia la democracia y los derechos humanos?

La democracia es el camino natural para la promoción, protección y ejecución de los derechos humanos. Hay que verlo como un edificio en construcción, los cimientos son la democracia y cada piso que agregamos son derechos humanos. Mientras mejor esté nuestra democracia más estabilidad tendrán nuestros derechos.

Mi sugerencia es que debemos defender la democracia como valor fundamental que proclama nuestra Constitución y, desde ella, debemos exigir al Estado el cumplimiento de sus deberes en materia de derechos humanos. Es entender que lograr una sociedad justa, respetuosa de nuestros derechos es un trabajo de todos los días y de todas las personas.

¿Cómo ves el panorama?

Veo el panorama muy difícil, hay muy poca confianza en el país y la confianza es el motor de la economía que es el sustento de todo lo demás. Mientras no logremos rescatar esta área, deteniendo la hiperinflación, rescatando el aparato productivo, aumentando la capacidad adquisitiva y restableciendo la confianza para promover las inversiones privadas, no podremos avanzar y salir de la emergencia humanitaria compleja.

¿Qué le aconsejarías a las personas u organizaciones que deseen trabajar en el campo de los derechos humanos?

Que observen el área que más les preocupa (educación, alimentación, libertad de expresión, salud) y averigüen si hay alguien trabajando y qué está haciendo. De ahí pueden sumarse a esos esfuerzos o desarrollar alguna actividad y empezar a ayudar.

¿Qué sigue?

Lo que sigue es continuar trabajando y enseñando el respeto a la dignidad humana. Ya lo decía Nelson Mandela, que las personas deben aprender y enseñar a amar, porque el amor llega más naturalmente al corazón humano. Así que, ¡a continuar trabajando para la construcción del mundo que queremos ver¡

Fuente: Civilis