Su labor ha sido crucial, contribuyendo a mejorar el diagnóstico y tratamiento de diversas patologías. En el Día Mundial de las Enfermedades Tropicales Desatendidas (30 de enero), queremos reconocer su enfoque que se centra en la formación de nuevas generaciones, transmitiendo su conocimiento y motivación a los jóvenes investigadores
Jackelin Díaz Landázabal
En la sala de laboratorio de Acción Solidaria se encuentra un archivo con las historias de cientos de personas que, durante los primeros años de la epidemia del VIH/Sida, debían esperar cerca de una semana para conocer si tenían el virus. Nahir Martínez oía todo el tiempo sobre este tipo de situaciones en sus primeros años de carrera como bioanalista, pero en 2001, mientras estaba en el Instituto de Medicina Tropical de la Universidad Central de Venezuela (IMT-UCV), le propusieron la posibilidad de cambiar esta realidad.

A Nahir siempre le interesó la investigación. Su curiosidad la cultivó frente a un microscopio, entre láminas de malaria, documentos e historias clínicas. En ese entorno, reconoce la influencia de los investigadores de Medicina Tropical, quienes alentaron su vocación mientras trabajaba en las pruebas de la primera vacuna sintética contra la malaria (Dr. Manuel Patarroyo).
Pero Nahir sabía que, como asistente de investigación, debía viajar si quería dedicarse por completo a su vocación. Su primer viaje la llevó al Alto Caura, en el estado Bolívar, donde tomaba muestras de sangre y heces en comunidades indígenas para detectar enfermedades tropicales como las parasitosis intestinales.
También estuvo en Amazonas, donde investigaba la oncocercosis, una infección desatendida que afectaba a muchas personas en estas zonas. Era la década de 1990 y se hablaba de un medicamento para poder controlar la infección, pero en Venezuela parecía lejano. Hoy es una realidad: la ivermectina disminuyó las prevalencias de oncocercosis en esta región.
Los avances en este campo de investigación y su contribución la llevaron a obtener una beca para una maestría en la Escuela de Medicina Tropical de Liverpool, en Reino Unido. Nahir recuerda que había viajado a otra salida de campo cuando la llamaron para notificarle que la semana siguiente debía subir a un avión para cursar una Maestría en Biología Molecular.

Así, Nahir fue abriéndose paso en el campo de la investigación en el IMT. Con el apoyo del doctor JaimeTorres, su interés se amplió hacia el VIH, un área que le permitió profundizar en el estudio de enfermedades infecciosas y trabajar en el desarrollo de soluciones en un contexto marcado por el estigma, que dificultaba la detección y tratamiento de posibles casos.
El doctor Torres fue infectólogo voluntario en Acción Solidaria y le sugirió a Nahir coordinar el laboratorio cuando se utilizaba generalmente la prueba Elisa, un método eficaz para determinar el estado serológico de una persona que vive con VIH, pero con importantes limitaciones. La prueba requería que se reunieran al menos cinco personas interesadas, lo que retrasaba el proceso. Luego, los resultados podían demorar hasta siete días, impidiendo el seguimiento oportuno de los casos.
Quienes necesitaban un diagnóstico rápido no podían obtenerlo, mientras que aquellos que preferían no saberlo simplemente nunca regresaban por su resultado. Era necesario implementar un método que permitiera a las personas conocer si vivían con el VIH de manera rápida y eficiente.

Con Nahir comenzó la implementación de las pruebas rápidas en Acción Solidaria, lo que permitió a los usuarios obtener sus resultados en un periodo de entre 20 y 30 minutos. Ella, junto al doctor Torres, comparó los resultados de los test rápidos que tenían un 100 % de concordancia con las pruebas Elisa. La transición no solo mejoró la rapidez del diagnóstico, sino que también facilitó el seguimiento adecuado de los casos, ofreciendo una respuesta más ágil a quienes requerían atención.
Actualmente, Nahir es la jefa del Laboratorio en Acción Solidaria, donde ha ampliado su labor gracias a una alianza para la detección de posibles casos de tuberculosis con el Instituto de Medicina Tropical. Afortunadamente, dice Martínez, las pruebas moleculares, como el GeneXpert, es una alternativa eficiente en el diagnóstico de la tuberculosis, lo que ha mejorado la capacidad de detección, pero todavía se requiere mucho por hacer.
Nahir Martínez cumplirá 24 años de dedicación en Acción Solidaria y 34 años de trayectoria en el área de virología del Instituto de Medicina Tropical de la UCV. A lo largo de su carrera, ha sido clave en la lucha contra las enfermedades tropicales desatendidas en Venezuela, contribuyendo a investigaciones que han mejorado el diagnóstico y tratamiento de diversas patologías en comunidades vulnerables.

Hoy en día, su enfoque está centrado en la formación de nuevas generaciones. Nahir se ha comprometido a compartir su conocimiento y su pasión por la investigación, guiando a jóvenes que, como ella, buscan encontrar mentores que los acompañen en su desarrollo profesional.
Por eso, ella insiste en que, mientras pueda, seguirá trabajando, llevando su experiencia y su compromiso con la salud y la ciencia a cada rincón que requiera su conocimiento.