La inoperatividad de los equipos de radiología es solo un síntoma de un problema más amplio que afecta a los venezolanos de todas las edades y clases sociales
Jackelin Díaz Landazábal
A Xiomara Pérez le pidieron realizarse una placa de Rayos X de tórax, un examen necesario para su evaluación cardiovascular preoperatoria. La mujer se acercó hasta el área de Radiología del Hospital José María Vargas de Caracas (tipo 4), pero al llegar se encontró con que el aparato se dañó y el servicio se encuentra paralizado. Los carteles que anuncian la inoperatividad o el cierre de un servicio son comunes en el sistema de salud público venezolano. También es común que no haya una fecha establecida para su arreglo. Los venezolanos que van y necesitan una radiografía de urgencia solo les queda esperar “hasta nuevo aviso”.
El colapso del sistema de salud público en Venezuela es un problema que ha estado gestándose durante años. La falta de inversión en infraestructura y la escasez de suministros médicos han debilitado progresivamente la capacidad del sistema para brindar atención adecuada. La falta de equipos de rayos X es solo un síntoma de una crisis más amplia que ha golpeado al sistema de salud público del país y una violación flagrante de un derecho humano fundamental: el derecho a la salud.
El caso de Xiomara Pérez refleja la lucha diaria de los venezolanos por acceder a la atención médica en medio de esta crisis. Cuando el hospital público no pudo proporcionar la placa de Rayos X necesaria, Xiomara se vio obligada a buscar atención en un centro de salud privado.
La realidad es que, en un país donde la atención médica debería ser un derecho universal, la falta de equipos de rayos X ha llevado a una creciente brecha entre quienes pueden acceder a la atención médica y aquellos que no. Los venezolanos se ven obligados a recurrir a la atención médica privada, donde los costos de las radiografías y otros exámenes son inaccesibles para la mayoría. Con un salario mínimo fijado en 130 bolívares (3,7 dólares mensuales), los gastos médicos se vuelven un asunto que muchos tienen que posponer.
La Encuesta Nacional de Hospitales (ENH), en su boletín anual de 2022, informó que para ese año el 31% de los centros reportaron inoperatividad del departamento de Rayos X. El médico venezolano Julio Castro explicó que el funcionamiento intermitente de algunos equipos médicos de primera necesidad deja desprovisto de las herramientas necesarias al personal médico para brindar atención de calidad.
“Un tomógrafo que funcione cuatro horas al día lo consideramos un funcionamiento intermitente. El que llega con un accidente cerebrovascular o una hemorragia cerebral a las 2:00 am, es como si no estuviera allí, a esa hora es que lo necesitas”, manifestó Castro.
Los médicos, quienes elaboran la ENH cada año, consideran que sin la presencia de esos insumos médicos o equipos, la atención básica de un servicio como lo son las emergencias está seriamente comprometida, y con ello, la capacidad de atención del hospital.
Los especialistas también sostienen que las fallas en la operatividad de muchos equipos de radiografías está arraigada a que a ningún aparato se le realiza el mantenimiento como se debe. La falta de este procedimiento produce que los equipos queden en desuso luego de una falla. El otro factor que también incide en esta problemática es las intermitencias del servicio eléctrico que generan un daño permanente en los aparatos.
Para lo que va de 2023, de acuerdo con datos del ENH, el 40 % de los hospitales han reportado fallas de energía recurrentes.
El personal médico detrás de la Encuesta Nacional de Hospitales propone al Estado venezolano implementar una política de inversión y de recuperación de la infraestructura para garantizar que los centros médicos tengan agua y electricidad todos los días, además de recuperar los espacios para así aumentar el número de servicios disponibles.
“Se supone que los hospitales deberían tener sistemas de respaldo, tanto para energía eléctrica como agua por ser servicios básicos, pero como esto no se cumple desde hace muchos años y todavía los hospitales dependen de fuentes alternas de servicios que son inconstantes, poco fiables y costosas lo cual sin duda se traduce en la capacidad y la calidad de la atención de los ciudadanos”, se puede leer en el boletín del ENH publicado en febrero de 2023.
La escasez de equipos de rayos X no solo limita la capacidad de diagnosticar y tratar lesiones, sino que también impacta negativamente en la detección y seguimiento de una amplia variedad de condiciones médicas, desde fracturas hasta enfermedades pulmonares y cardíacas. Esta falta de capacidad diagnóstica ha llevado a un aumento en el sufrimiento y la mortalidad evitable.
Las personas con condiciones de salud tienen el derecho fundamental de recibir atención médica de calidad, incluidos diagnósticos precisos. La falta de acceso a equipos de diagnóstico básicos socava este derecho y pone en peligro la vida y el bienestar de los ciudadanos.
Las enfermedades pueden pasar desapercibidas, los tratamientos se retrasan y, en última instancia, la vida de las personas con condiciones de salud se pone en riesgo. Casos como el de Xiomara ilustran el panorama de las dificultades que enfrentan las personas en busca de atención médica en un sistema desbordado por la falta de recursos.
Para resolver esta crisis, se requiere una respuesta urgente y coordinada que involucre a todas las partes interesadas. La inversión en infraestructura médica y el fortalecimiento de las instituciones de salud son pasos fundamentales hacia la restauración del sistema de salud público y la garantía del derecho a la salud y la dignidad humana para todos los venezolanos.