El cáncer de mama es una condición crónica que no distingue clase social, edad, color de piel, ni, incluso, género. Los altos índices de afectadas y mortalidad entre las mujeres venezolanas lo ubican como uno de los principales problemas de salud de nuestro país; sin embargo, la falta de detección oportuna y la imposibilidad de acceder a tratamientos suponen un retroceso en el ejercicio del derecho a salud
Jennifer C. Jardim Gouveia
El informe Mortalidad e incidencia del cáncer en Venezuela es un proyecto que la Sociedad Anticancerosa de Venezuela (SAV), junto con un equipo multidisciplinario, presenta desde el año 2016, donde refleja el impacto del cáncer de Venezuela. Los datos obtenidos en el informe de 2021, son devastadores: cada hora mueren tres personas, cada día, 82 y cada año, 30.100.
Al profundizar en los resultados obtenidos, se evidenció que el cáncer de mama no solo es el tipo de cáncer con mayor incidencia entre las mujeres venezolanas, sino que, además, lidera los índices de mortalidad por condiciones oncológicas entre las mismas. Este informe también advierte que las estadísticas de mortalidad asociadas a la edad disminuyen radicalmente en el caso de los tumores de mama, con un índice de mortalidad mayor en mujeres entre 55 y 64 años, frente a una media para otros tipos de cáncer que oscila entre los 75 años o más.
Violaciones al derecho a la salud de las mujeres con cáncer de mama
La crisis hospitalaria en el país afecta diferenciadamente a las personas con condiciones crónicas. Si tenemos en cuenta que este tipo de cáncer afecta principalmente a las mujeres, nos encontramos con un escenario de doble vulnerabilidad, marcado por la falta de diagnóstico oportuno y la imposibilidad de cumplir sus tratamientos oncológicos.
El testimonio de una venezolana con cáncer de mama recoge cómo la ausencia generalizada de insumos y medicamentos en el sistema de salud pública ha significado nuevos gastos por parte de estas mujeres y sus familiares: “No hay medicamentos, ni nada, solo un personal que nos atiende cada vez que hay que ir, pero hay que llevarlo todo, hasta algodón”. Por otra parte, quienes señalan haber tenido acceso al tratamiento denuncian irregularidades como la entrega de medicamentos vencidos por parte del IVSS.
La accesibilidad física es una barrera adicional que deben sortear las mujeres con cáncer de mama para lograr cumplir sus tratamientos. En Margarita, personas con condiciones oncológicas, entre ellas mujeres con cáncer de mama, advertían que deben trasladarse a Maracay, Caracas o Cumaná para acceder a radioterapias: «Me toca hacer radioterapia en Cumaná y la cola es demasiado grande y no me han llamado. Estoy tomando radio en pastillas, pero no las consigo, debí parar el tratamiento porque no puedo costearlo”.
Recientemente, el informe Ser mujer en Venezuela. Diagnóstico comunitario y propuestas para la acción humanitaria, presentado por la alianza Con Ellas (conformada por distintas organizaciones de la sociedad civil), evidenció que incluso en los casos donde hay protección internacional (MC68-20) es vulnerado el derecho a la salud de las mujeres con cáncer de mama: 4 de las 12 peticionarias habían fallecido, según datos de Funcamama, a la espera de una respuesta del Estado venezolano.
Lamentablemente, no solo las mujeres con cáncer de mama activo se encuentran en situación de vulnerabilidad, quienes han finalizado sus tratamientos también se encuentran en riesgo al no poder seguir con las recomendaciones de sus oncólogos. Este es el caso de una mujer perteneciente al gremio de la salud, quien denunció: “la quimio oral nunca la ha podido consumir, por los altos costos”. Asimismo, advirtió que su peor temor es acabar “enferma nuevamente”.
Detección tardía y metástasis, sin acceso a tratamiento
Según datos de Funcamama, entre 2018 y 2020, la totalidad de las mujeres con metástasis de cáncer de mama que asistieron a consulta han tenido que usar recursos propios para costear sus tratamientos médicos. En la mayoría de los casos, el diagnóstico o detección tardía del cáncer de mama (frecuente en estos casos), conlleva un costo superior de más de cuatro veces los costos de la atención por el mismo tipo de cáncer en estadio temprano.
Para la mayoría de estas mujeres resulta imposible costear los tratamientos que requieren con urgencia para frenar el agresivo avance de la condición y evitar la diseminación de células cancerígenas a otras zonas de su cuerpo. Un informe presentado por esta organización, sobre las barreras y dificultades que enfrentan las mujeres con cáncer de mama en estado avanzado, advertía que del registro de 513 mujeres con sintomatología de metástasis, solo 132 continuaron con el proceso de corroboración del diagnóstico de metástasis y tratamiento, de estas, 39 ya habían fallecido.
El 26% de las mujeres con metástasis consultadas por Funcamama manifestaron no haberse registrado en el IVSS por las barreras para poderse inscribir y/o por considerarlo una pérdida de tiempo. Por otra parte, las inscritas aseguraron que solo obtuvieron el 20% de los medicamentos indicados, pero en periodos irregulares.
Los porcentajes son poco alentadores, 60% de las mujeres con cáncer metastásico fallece antes de los tres años del diagnóstico (la expectativa de vida en Latinoamérica es de 5 años) y 80% de las fallecidas no tuvo acceso a tratamientos paliativos para calmar el dolor en la etapa de agonía, ni tampoco oxígeno.
Los hombres también pueden ser diagnosticados con cáncer de mama
Pese a ser considerado un cáncer poco común entre la población masculina, esta condición oncológica, también puede desarrollarse en hombres. El cáncer de mama masculino es un cáncer raro que se forma en el tejido mamario del hombre; sus principales factores de riesgo son: edad avanzada, exposición al estrógeno, antecedentes familiares de cáncer de mama y obesidad.
La poca incidencia, información e investigaciones que se centren en concreto en el cáncer de mama en hombres, hacen de esta realidad un tema poco conocido y olvidado, lo que implica, entre otras cosas, el descuido de las prevenciones básicas a tomar ante los distintos síntomas de esta condición crónica. Juan Saavedra, Gerente General de la SAV, destacó que entre 0,5% y 1% de los hombres resultan afectados y lo que más preocupa es la detección tardía, que suele ser lo usual en estos casos.
Además, los hombres trans también pueden ser diagnosticados con cáncer de mama. Si bien existen algunos estudios que apuntan a la reducción de incidencia de este tipo de cáncer asociada a las terapias hormonales, son pocos los venezolanos trans que pueden acceder a estas, lo que supone que persisten los altos índices entre las personas de este grupo.
Asimismo, los hombres trans pueden desarrollar cáncer de mama incluso después de haber sido tratados mediante una mastectomía bilateral, ante los altos costos de este tipo de intervenciones quirúrgicas en el sistema privado, las deficiencias dentro del sistema sanitario público y la falta de información, muchos hombres trans venezolanos conservan sus mamas femeninas de nacimiento, por lo que las recomendaciones de prevención y diagnóstico de esta condición crónica son iguales a la de las mujeres cisgénero.
Al igual que con otras condiciones crónicas, la data asociada al número de personas diagnosticadas y fallecidas a causa del cáncer de mama se obtiene únicamente de las diversas organizaciones de la sociedad civil que hacen vida en el país. La ausencia de cifras oficiales impide conocer con mayor claridad el panorama actual de los venezolanos y venezolanas que enfrentan esta condición. Y, en medio de una Emergencia Humanitaria Compleja (EHC), deja una carga desproporcionada sobre la sociedad civil que en muchos casos también asume el diagnóstico y tratamiento de una condición que es crónica, pero que diagnosticada a tiempo puede evitar muchas muertes.