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César Pacheco, director de la Unidad de Respuesta en VIH, e Ismailyn Escobar, integrante del mismo departamento, asistieron a un evento global crucial que reunió a actores, activistas y profesionales de la salud de todo el mundo. Este evento es considerado la cita más relevante para quienes trabajan en la atención de personas con VIH, poblaciones clave y otros grupos vulnerables

En la 25 Conferencia Mundial sobre VIH/Sida, celebrada en Múnich, Alemania, César Pacheco e Ismailyn Escobar, miembros de la Unidad de Respuesta en VIH de Acción Solidaria, aprendieron sobre cómo el eslogan del evento «Poner a las Personas Primero» (Put People First) se transforma en una guía esencial y aplicable para todas las organizaciones de la sociedad civil que brindan apoyo a quienes viven con esta condición de salud.

Pacheco y Escobar enfatizaron que «Poner a las Personas Primero» es un principio práctico que significa ir más allá de la atención protocolar y comprender profundamente las necesidades individuales de las personas con VIH. En pocas palabras, es un llamado a transformar la forma en que se brinda atención. 

Ambos destacaron que, para que este enfoque sea efectivo, es crucial que las organizaciones se fijen en los pequeños detalles porque son estos los que hacen la diferencia. Además, indicaron que se debe trabajar para ofrecer un apoyo integral que abarque tanto los aspectos físicos como emocionales de la vida de los usuarios. Esto incluye diseñar programas que respondan a abordar sus desafíos cotidianos y cómo, las organizaciones, pueden ofrecer una respuesta a estas situaciones.

También subrayaron la importancia de un seguimiento continuo. Muchas veces, es necesario establecer un acompañamiento que garantice que las personas reciban el apoyo necesario a lo largo de su proceso. 

La participación de ambos en la conferencia otorgó un impulso a la introspección acerca de cómo cada individuo posee una historia y desafíos singulares, y que la atención debe ser ajustada a estas circunstancias. Esto no solo mejora la calidad de los servicios, sino que también fortalece la relación entre los proveedores de atención y los usuarios para así crear un entorno de apoyo y comprensión genuina.

La Unidad considera que, al trabajar en el ámbito humanitario, se reconoce que los recursos son limitados y que las capacidades humanas también tienen un alcance definido. Sin embargo, este entendimiento no debe ser una barrera, sino una motivación para mejorar continuamente. A medida que se enfrentan los desafíos, se pueden buscar formas de optimizar los recursos disponibles y expandir las habilidades.

Por otra parte, coincidieron en que, en el ámbito de la tecnología, se está avanzando significativamente con la aplicación de herramientas digitales y la inteligencia artificial. 

En una sesión en la que participaron se discutió la posibilidad de crear una aplicación para recibir información y asesoramiento sobre el VIH de forma remota. La plataforma fue elaborada para abordar las preocupaciones de los usuarios sobre la exposición y el riesgo percibido que tienen a acudir presencialmente a centros de salud. Muchas personas evitan hacerse pruebas de despistaje debido al miedo a ser vistas o al temor de enfrentar discriminación en un entorno público. 

A menudo, los usuarios permanecen en esta situación durante años, hasta que finalmente encuentran el valor para asistir y descubren que el lugar es, de hecho, seguro y discreto. Sin embargo, para muchos, el miedo persiste y la visita nunca ocurre. 

Para superar esta barrera, se creó esta aplicación que permite a los usuarios obtener información esencial sobre VIH/Sida y otras infecciones de transmisión sexual (ITS) desde su teléfono. La app ofrece detalles sobre cuándo y dónde hacerse pruebas, explicaciones sobre ITS y la posibilidad de tener una sesión de asesoramiento en línea. Esta solución ayudaría a los usuarios a sentirse informados y seguros, alentándolos a acudir a las sedes para realizarse pruebas en persona cuando se sientan más preparados.

«También observamos un gran avance en la implementación de la autoprueba, permitiendo que las personas se la realicen desde casa después de recibir orientación virtual en caso de exposición a una situación de riesgo. Esto representa un paso importante hacia la naturalización de las pruebas de despistaje, un objetivo que nosotros estamos intentando alcanzar, pero que se dificulta debido a la desinformación que existe sobre esta condición de salud», explicó Pacheco. 

Para ilustrar un caso significativo conocido durante la conferencia, los representantes de la unidad compartieron la historia de una persona con VIH de Indonesia que desarrolló una aplicación similar. La persona explicó que, si hubiera tenido acceso a una herramienta como la que creó, no se habría sentido tan sola en su momento de necesidad. 

Por otra parte, Pacheco e Ismailyn también señalaron que uno de los temas más recurrentes en la conferencia fue el abordaje del PrEP (profilaxis previa a la exposición). Desde su perspectiva, coincidieron en que es crucial integrar el PrEP en los esquemas oficiales de prevención del VIH en Venezuela.

“En cada conferencia o charla, el PrEP se mencionó como un componente esencial para la prevención eficaz del VIH. Esta constante referencia al PrEP plantea la necesidad de incluirlo y socializarlo con las poblaciones vulnerables”, expresó Ismailyn.

César, por su parte, refirió que estos debates siempre concluyen en que Venezuela se ha estancado hasta 15 años atrás en términos de atención a personas con VIH. Mientras en otros lugares se avanza hacia el PrEP inyectable y tratamientos innovadores, en Venezuela solo hay un tratamiento antirretroviral disponible. “No hemos quedado muy, muy atrás, pero está en nosotros y en otras organizaciones de la sociedad civil poner a las personas primero y ofrecer una atención integral para esta población que tanto lo necesita”; concluyó.