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Más allá de los gestos simbólicos, es crucial enfocarse en apoyar a quienes enfrentan enormes barreras en su lucha diaria por la vida

Natasha C. Saturno S.

Cada octubre, el mundo se tiñe de rosa en apoyo a la lucha contra el cáncer de mama, una condición de salud crónica que afecta a millones de personas. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS 2022), 99% son mujeres y alrededor de la mitad de ellas, no tienen factores específicos de riesgo más allá del género y la edad.

No obstante, detrás de las campañas coloridas y los mensajes motivacionales, es crucial que no se pierda de vista los obstáculos y dificultades que enfrentan las mujeres con cáncer de mama, especialmente en el contexto de una Emergencia Humanitaria Compleja (EHC). 

Es fundamental no trivializar la condición de salud y reducir el 19 de octubre a una simple campaña comercial o simbólica. El llamado es a la reflexión, y a enfocarnos en lo que verdaderamente importa: apoyar a quienes más lo necesitan.

Según la Sociedad Anticancerosa de Venezuela (2023), en Venezuela el cáncer de mama continúa siendo la primera causa de muerte oncológica entre las mujeres y, además, se presenta en edades cada vez más tempranas. Una realidad compleja, en un país donde las barreras para acceder a diagnósticos oportunos y tratamiento adecuado son enormes. La falta de medicamentos esenciales, equipos para radioterapias y consultas especializadas agrava la situación, sumiendo a las personas afectadas en un limbo de espera y desesperación.

Un ejemplo claro de la gravedad de la situación es el caso de las 12 mujeres venezolanas con cáncer de mama a quienes la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) otorgó medidas cautelares en 2020, gracias a una petición liderada por CEPAZ, Funcamama y SenosAyuda, en compañía de Acción Solidaria y Prepara Familia. En esta resolución, la Comisión consideró el riesgo a la vida y salud de estas 12 mujeres, solicitando la entrega inmediata de tratamiento médico oportuno, entre otras recomendaciones. 

Sin embargo, cuatro años después, esas medidas no han sido implementadas, y al menos dos de estas mujeres ya han fallecido. Este lamentable hecho subraya la falta de atención adecuada que se ofrece a este tema y la urgente necesidad de garantizar el derecho humano a la salud, a la integridad física y a la vida, de las personas con cáncer de mama.

Lejos de ser solo una lucha que «viste de rosa», octubre y la batalla contra el cáncer de mama debe ser una oportunidad para exigir justicia y derechos reales. No se trata de romantizar el cáncer o presentar a las personas afectadas como heroínas de una narrativa comercial, sino de reconocer la gravedad de su situación y las barreras que enfrentan para obtener la atención adecuada.

A pesar de las dificultades, es primordial mencionar y apoyar a las organizaciones de la sociedad civil que han sido clave para ofrecer soluciones y esperanza en medio de esta compleja situación. Organizaciones como: Funcamama, SenosAyuda y SenoSalud han trabajado incansablemente para brindar tratamiento, exámenes, apoyo médico especializado, y recursos a las mujeres con cáncer de mama.

Por ello, es necesario que este mes no solo nos sensibilicemos sobre la importancia de la detección temprana, sino que también reconozcamos y apoyemos el trabajo de estas organizaciones. No se trata de llevar un lazo o colocar el perfil de Whatsapp e Instagram de color rosa, sino de actuar y colaborar con los diferentes actores que están en la primera línea de respuesta en atención a las personas con cáncer de mama.

Desde Acción Solidaria, reiteramos la necesidad de un enfoque que exija un diagnóstico temprano, acceso a tratamientos de calidad y, sobre todo, el cumplimiento de los derechos humanos, como aquellos respaldados por la medida cautelar de la CIDH. Así como la necesidad de apoyar a estas organizaciones. Que este octubre nos inspire a exigir más que símbolos y campañas, y nos lleve a un compromiso real con la vida y la salud de las mujeres venezolanas.