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Cada tercer domingo de julio se celebra en Venezuela el “Día del Niño”, esta fecha normalmente se asocia a una celebración, sin embargo, desde Acción Solidaria queremos visibilizar un lado menos alegre de la infancia venezolana, recordando cuáles son sus derechos, las afectaciones que viven en medio de la crisis y las razones por las cuales deben ser prioridad para el Estado

Jennifer C. Jardim Gouveia

Este 16 de julio se celebró en nuestro país el “Día del Niño”, una fecha que busca dar visibilidad a los pequeños de la casa y que normalmente se asocia con un día de celebración. Sin embargo, desde Acción Solidaria quisimos aprovechar para recordar cuáles son sus derechos y por qué en contextos de crisis son tan vulnerados, particularmente, su derecho a la salud.

La Convención sobre los Derechos del Niño (CDN) es el instrumento internacional que recoge todos los derechos que los niños y niñas deben disfrutar para que puedan tener una infancia digna y desarrollar todo su potencial, es considerado el más importante en la materia y Venezuela es Estado parte desde 1990.

En Venezuela contamos con una ley especializada en materia de niños, niñas y adolescentes: la Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes (LOPNNA) que permite enumerar los derechos de esta población y que destaca las necesidades propias de protección de la infancia.

Dentro de estos derechos especializados que se les deben garantizar, está el derecho humano a la salud. Este derecho se resume en brindarles las herramientas necesarias para que puedan crecer y desarrollarse con el más alto nivel posible de salud; entre las garantías que deben cumplirse para alcanzar ese ideal se encuentran las vinculadas al estado de los centros de salud, acceso a tratamientos y vacunas, la existencia de un personal especializado, entre otros. 

Retos de la primera infancia: desnutrición y vacunación

Los primeros años de vida de una persona impactan dramáticamente el desarrollo y dejarán una huella en su vida para siempre. Algunos de estos factores son: educación, bienestar, salud y nutrición.

En el caso de los recién nacidos y bebés, el enfoque del acceso a la salud debe incluir la salud y nutrición de la madre, cuidados especiales e incluso atención prenatal y postnatal. En el último informe “Venezuela: salud en emergencia” de Acción Solidaria se evidenció como los problemas de las mujeres se vinculan con la salud de los niños y niñas. 

Ejemplo de ello son los altos niveles de desnutrición que se registran entre las mujeres embarazadas y lactantes venezolanas. Hay madres venezolanas que durante los nueve meses de gestación apenas pueden comer una o dos veces al día y, en ocasiones, ninguna.

Aunado a ello, la imposibilidad de acceder a una alimentación rica en nutrientes durante los primeros años de vida producto de la crisis ha devenido en el diagnóstico de niños y niñas con distintos niveles de desnutrición. La Fundación Bengoa y el Observatorio Venezolano de la Salud han realizado investigaciones en la materia que muestran un 34% de menores de 5 años en desnutrición crónica o retraso en el crecimiento, estas cifras se confirman con estudios de otras organizaciones de sociedad civil como Cáritas Venezuela, Susana Raffalli, nutricionista e investigadora de la organización, advirtió que el retraso en el crecimiento de los niños y niñas, entre 0 y 5 años de edad, aumentó de 11% a 35%  en 2022. 

La desnutrición crónica infantil y el retardo en crecimiento es tan preocupante que la Organización Mundial para la Salud (OMS) resalta sus efectos negativos irreversibles: “El retraso del crecimiento tiene una serie de efectos a largo plazo para los individuos y las sociedades: disminución del desarrollo cognitivo y físico, reducción de la capacidad productiva, mala salud y aumento del riesgo de enfermedades degenerativas como la diabetes”.

Por otra parte, la Sociedad Venezolana de Puericultura y Pediatría (SVPP) advertía que la cobertura de vacunación se ha reducido considerablemente desde el año 2016. Señalaban además, que en la actualidad nuestro país no cuenta ni con el 50% de las vacunas ofertadas dentro  del Programa Ampliado de Inmunización. 

En febrero de este año, la SVPP recordó la importancia de la vacunación para evitar brotes de sarampión entre la infancia venezolana. Sin embargo, la cobertura vacunal se mantiene por debajo de los niveles óptimos y Venezuela no reporta casos confirmados de sarampión desde agosto de 2019, esto se contradice con una política general de opacidad de cifras.

En este sentido, pese a que el gobierno anunciaba unos meses después la instauración de jornadas de vacunación en el Metro de Caracas, el primer día del operativo ya se presentaban irregularidades como limitada disponibilidad de vacunas y puntos anunciados sin instalar

La alternativa para los padres y madres es ir a servicios privados para colocar el esquema completo de vacunación a sus hijos, donde cada vacuna puede rondar entre los $70 y $100 cada una. Un precio que es inasequible para la gran mayoría de los venezolanos.

Niños y niñas con VIH

Según el informe “Venezuela con V de VIH” de Acción Solidaria, hay una preocupante tasa de incidencia de VIH en niños y niñas, se estima que es debido a la falta de tratamiento antirretroviral y debida adherencia de las mujeres con VIH, quienes, en sus embarazos, partos y período de lactancia, transmite de forma vertical el virus a sus hijos.

Estos problemas se dan porque estas futuras madres no tienen el control adecuado de su embarazo y no tienen acceso adecuado al tratamiento antirretroviral para controlar la carga viral en sus cuerpos. Además, en muchos casos son obligadas a parir de forma vaginal a pesar de que el protocolo médico recomienda la cesárea, y durante la etapa de lactancia, no tienen posibilidad de adquirir fórmulas lácteas para alimentar a sus bebés (en los casos que la carga viral no sea indetectable).

Esta realidad se ha registrado en distintas regiones del país. En Táchira, al menos 35 niños y niñas, con edades comprendidas entre 2 y 12 años, habían sido diagnosticados con VIH a finales de 2021. 

Condiciones crónicas: la lucha de los niños y niñas

Además de los altos índices de desnutrición y la prevalencia de VIH, hay muchos niños y niñas venezolanos que tienen diferentes condiciones crónicas de salud y se enfrentan a importantes barreras. 

En el informe “Venezuela: salud en emergencia” de Acción Solidaria, se indicaron las principales condiciones crónicas de salud que afectan a esta población vulnerable, además de la desnutrición y el VIH. Entre estas: insuficiencia renal, cáncer y afecciones asociadas a la salud mental. 

No obstante, también existen algunas condiciones menos comunes que han empezado a levantar alarmas entre la población venezolana. Una de estas condiciones crónicas es la fibrosis quística que afecta a muchos niños y niñas venezolanos en la actualidad. 

Desde el año 2013, los familiares han denunciado la escasez de tratamientos para su condición. Esta situación ha unido a padres, madres y abuelos a protestar en diversas oportunidades ante instancias nacionales como el Ministerio de Salud. Un dato de relevancia, es que la imposibilidad de acceder a la medicación necesaria para su tratamiento, ya sea por disponibilidad o asequibilidad, ha cobrado ya la vida de 9 niños y niñas en tan solo tres años (2020-2023).

Por otra parte, hay condiciones de salud que en su mayoría son prevenibles con vacunas u otras medidas sencillas, por lo que sus altos índices a nivel nacional generan alarma, al revelar el estado de vulnerabilidad de esta población: infecciones de transmisión sexual (por transmisión vertical), malaria, polio y diarreas.

Factores como la modificación de la estructura familiar, el colapso de los servicios públicos, la ausencia de servicios médicos especializados y la migración a gran escala, tienen serias repercusiones en los niños y niñas.

El impacto de estos cambios es particularmente diferenciado en medio de contextos adversos, como la crisis y la pandemia, si a este escenario agregamos la existencia de una condición crónica que no está siendo debidamente atendida, la conclusión es una población infantil verdaderamente afectada y vulnerable que necesita ser prioridad para el Estado. 

Finalmente, es importante señalar que, de acuerdo con sus obligaciones constitucionales e internacionales en materia de Derechos Humanos, el Estado venezolano debe garantizar el acceso a una alimentación adecuada, un entorno seguro y servicios esenciales de salud para niños y niñas, incluida la atención anterior y posterior al parto de la madre para su correcto desarrollo físico y mental. Sin duda alguna, los derechos de la infancia venezolana son una asignatura pendiente que tiene el Estado venezolano.