La ayuda que brindan organizaciones no gubernamentales venezolanas e internacionales no alcanza para cubrir las necesidades de la población. Mientras los ciudadanos emprenden iniciativas para evitar más muertes, el Estado sigue negando que en el país exista una situación de emergencia
Ante el incumplimiento de las obligaciones del Estado para garantizar la salud y la vida de los venezolanos, la sociedad civil se ha movilizado para ofrecer paliativos a la crisis humanitaria por la que atraviesa el país.
Cáritas de Venezuela es una de las organizaciones que, junto a Acción Solidaria y la Coalición de Organizaciones por los Derechos a la Salud y la Vida (Codevida), intenta facilitar el acceso a los medicamentos a las personas en situación de mayor vulnerabilidad. Sin embargo, la ayuda es insuficiente ante la profundización de la escasez y los altos costos de las medicinas.
Janeth Márquez, directora de Cáritas de Venezuela, aseguró que la emergencia ha requerido mayor empeño de la organización para atender las necesidades de la población que el Estado venezolano no cubre. “Antes atendíamos a 5 personas por mes en nuestras sedes parroquiales, ahora atendemos a 200”, aseguró.
Márquez explicó que el suministro de donaciones también incrementó de 5.000 medicamentos anuales a 5.000 por mes. A través de 365 caritas parroquiales, la organización emprende programas de emergencia con los que garantizan atención alimentaria y jornadas de salud a más de 1.000.000 de personas al año.
Sí es una emergencia
Codevida informó que la salud de 4.000.000 de venezolanos se encuentra en riesgo para noviembre de 2.017, debido a que el Estado venezolano no ha reconocido ni atendido, a través de medidas humanitarias urgentes, la situación que padecen personas de distintas edades y estratos sociales en condición crónica.
Diputados a la Asamblea Nacional, el gremio médico y las ONG comenzaron a denominar la crisis como una Emergencia Humanitaria Compleja que el Estado no puede enfrentar con sus propios recursos.
La AN aprobó el 21 de noviembre un Acuerdo que declara la emergencia sanitaria en Venezuela, con el fin de exigir al gobierno la implementación de estrategias para combatir enfermedades epidemiológicas.
José Trujillo Vera, presidente de la Comisión de Desarrollo Social del parlamento, aseguró que el Estado tiene la obligación de garantizar el suministro de los medicamentos de alto costo, cuya escasez se ubica en 90%.
Han transcurrido un año y ocho meses desde que Codevida reunió a más de 1.000 personas en la Plaza Sur de Altamira para exponer la situación de desabastecimiento de medicinas para personas en condición crónica. La repercusión nacional e internacional que tuvo la actividad provocó que venezolanos en otros países enviaran pequeños donativos con medicamentos y alimentos.
Feliciano Reyna, presidente de Acción Solidaria, recordó que la demostración de apoyo y solidaridad incentivó a la organización, que durante 22 años ha persistido en el reclamo de atención integral para las personas que viven con VIH/Sida en el país, a ampliar su labor a través de un programa de ayuda para recibir y distribuir medicamentos en Venezuela.
Reyna explicó que el programa promueve tres ejes de acción utilizados para mitigar daños y salvar vidas en las emergencias humanitarias complejas. Estos son la Ayuda Humanitaria, a través la movilización de medicinas y alimentos; la Asistencia Humanitaria, relacionada con las capacidades y medios para dar protección a las personas afectadas, y la Acción Humanitaria, que implica un esfuerzo para empoderar al ciudadano como sujeto afectado por una situación particular, con el fin de restituir sus derechos.
Para el momento que las primeras donaciones comenzaron a llegar desde distintas partes del mundo, Venezuela enfrentaba un segundo período de protestas civiles desde que el presidente Nicolás Maduro tomó posesión en abril de 2013. Aun así, Acción Solidaria mantuvo un proceso regular de movilización de medicamentos y alimentos, a través de servicios de transporte “puerta a puerta”, los cuales permiten traer insumos en cantidades limitadas.
Cáritas también aplica el mecanismo “puerta a puerta” para recibir donaciones de alimentos y medicamentos en el país. Aunque su labor comenzó en 1963, fue después del deslave de Vargas de 1999 cuando la organización sumó esfuerzos concretos en procura de alimentos y atención médica a venezolanos en condición de calle y familias vulnerables.
Líneas solidarias
Cáritas entrega medicamentos gratuitamente a través de su red telefónica -02124433153- , boticas (farmacia comunitaria) y bancos de medicamentos, donde las personas deben acudir con su cédula de identidad y el récipe médico. “Respondemos 50% de las necesidades de las personas que acuden a nuestras oficinas. Si necesitan cinco medicamentos, aquí consiguen 3. Hay medicamentos que no conseguimos”, dijo.
Entre junio de 2016 y octubre de 2017, Acción Solidaria ha logrado distribuir de manera gratuita 10.045 medicinas y 1.025 antirretrovirales en la sede de Acción Solidaria, entre 15.000 pacientes. A pesar de que no están llegando medicamentos para personas con cáncer, esta hace un esfuerzo constante para que estos medicamentos lleguen al país.
Debido a la demanda de la sociedad venezolana y las pocas capacidades con las que cuenta la organización civil, la línea de contacto de Acción Solidaria -(0212) 952.20.09- se ha visto congestionadas. “El programa ha requerido que nos organicemos con operadoras telefónicas, que hemos contratado, para atender la mayor cantidad de llamadas posibles”, aseguró.
El programa ha logrado que se distribuyan internamente 2.600 medicinas e insumos mensuales con personal de salud de 16 hospitales públicos. También se cuenta con el apoyo de cinco grupos que distribuyen los insumos entre grupos indígenas, como: Chaima y Warao, de los estado Delta Amacuro y Monagas; Yekwana, Pemón y Mapoyo, del estado Bolívar; Yano- mami, del estado Amazonas; Wayúu, Yukpa y Piapoko, del estado Zulia, y Pumé, del estado Apure.
Representantes de ambas organizaciones aseguran que los pacientes no siempre tienen los récipes a la mano ni recuerdan el principio activo de las medicinas, lo que suele retrasar las donaciones.
Apoyo internacional
Desde Estados Unidos, Europa y Latinoamérica, asociaciones civiles y grupos de personas se han organizado para ayudar a los venezolanos más afectados por el desabastecimiento generalizado.
Acción Solidaria recibe donaciones de medicinas, alimentos, pañales y ropa de 32 ciudades de 16 países. “Muchas de estas personas son desconocidas desde el punto de vista personal. No nos hemos visto nunca, pero han hecho un trabajo extraordinario para organizarse. Algunas de ellas han creado organizaciones o ya las tenían, y otras lo hacen de manera individual para obtener insumos”, indicó Reyna.
Las donaciones desde América del Norte son coordinadas por la organización Action for Solidarity, en la ciudad de Miami. Creada en 1997 de la mano de Acción Solidaria para obtener antirretrovirales para las personas que viven con VIH en Venezuela, ahora coordina donaciones de medicamentos e insumos médicos provenientes de lugares como Baton Rouge, Fort Lauderdale, Houston y New York; de Montreal y Toronto, en Canadá; y de Ciudad de México y Monterrey.
En Europa, la organización Una Medicina para Venezuela, creada en 2016 ha recolectado medicinas y alimentos de Madrid, Tenerife y Barcelona, en España, y de capitales como Roma, en Italia; de París, en Francia; de Berlín, en Alemania, y de Amsterdam, en Países Bajos.
Aunque ciudades como Santiago de Chile y Buenos Aires han demostrado interés en participar, no ha sido fácil canalizar las donaciones porque no existen los servicios de transporte frecuente como en EE UU y España.
La negación como respuesta
En marzo de 2017, el presidente Maduro anunció en una alocución que había acordado con el programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, la entrega inmediata de medicamentos esenciales para tratamientos de enfermedades crónicas, actualmente escasas en el país. Poco se conoce sobre la donación de medicamentos a través de este mecanismo, por lo que Codevida pidió una audiencia con la subsecretaria general de Pnud para América Latina y el Caribe, Jessica Faieta, quien notificó que el acuerdo con el Gobierno consistía en los mecanismos regulares que mantiene la ONU para la compra de medicinas, mas no la exigencia explícita del Presidente.
Reyna de Acción Solidaria afirmó que el Estado venezolano tiene la responsabilidad de abrir la puerta a la cooperación internacional. “Cuando los funcionarios dicen que hay una guerra económica, hay que entender que bajaron los recursos y las que capacidades. El Estado está dejando de lado una obligación que tiene para movilizar todos los recursos a su alcance como lo estipulan los instrumentos internacionales de Derechos Humanos”, dijo.
Aseguró que representantes de la sociedad civil se reunieron con la ex ministra de Salud, Luisana Melo, para proponer estrategias de trabajo junto con grupos de cooperación internacional, pero no hubo concertación. “Siempre hubo una negación de que la situación fuese una emergencia humanitaria en aquel momento”, dijo.
Advierte que la emergencia empeorará en 2018 si el Estado no da respuestas inmediatas para atender las necesidades de la población, pues asegura que las organizaciones de la sociedad civil tienen una capacidad limitada.
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Fuente: David Matos /Prensa Proiuris