El activista por los derechos humanos destacó que la intención de desmantelar la mayor agencia gubernamental de ayuda al desarrollo en el mundo (USAID), afecta directamente la capacidad de respuesta de proyectos esenciales humanitarios, poniendo en riesgo el avance logrado en diversas áreas. Foto principal: Yuri CORTEZ / AFP
Jackelin Díaz Landazábal
La suspensión inmediata de los fondos de USAID, la agencia federal de cooperación al desarrollo de Estados Unidos, a organizaciones internacionales pone en riesgo la vida de millones de personas que dependen de programas esenciales de ayuda humanitaria y agrava la situación de quienes ya enfrentan condiciones extremas. Así lo manifestó Feliciano Reyna, presidente de Acción Solidaria, quien también expresó su preocupación por el impacto que estas decisiones podrían tener mientras se revisan o se busca su anulación en tribunales.
“Un tribunal podría declarar sin lugar estas órdenes, pero entonces habrá una apelación y el tiempo cuesta vidas. Lo que es más duro de imaginar es el impacto actual de estas decisiones en poblaciones vulnerables. Considero que debió decirse ‘vamos a estar haciendo revisiones en los próximos 90 días de la inversión global y veremos si hay programas que deban ser sustituidos porque no han usado los fondos adecuadamente’, pero una interrupción inmediata, crea un daño gigantesco”, dijo Reyna en una entrevista ofrecida para la emisora Éxitos el 14 de febrero.
El activista por los derechos humanos señaló que la suspensión también provoca que programas que tardaron años en gestionarse y en desarrollar estrategias para abordar diversos problemas ahora se vean interrumpidos o ralentizados.
Por otro lado, Reyna señaló que Estados Unidos, a través de USAID, aportó el 46 % para el presupuesto global de la cooperación internacional para programas de respuesta humanitaria en 2024. En el segundo puesto estuvo el aporte de la Comisión Europea con aproximadamente el 9 %. De la misma magnitud fue el aporte en 2023.
Esta diferencia en las aportaciones pone de relieve el papel fundamental de USAID en el financiamiento de programas clave para millones de personas, por lo que la reducción o posible eliminación de estos fondos generaría que muchos proyectos que tardaron años en planificarse y ejecutarse se vean afectados, empeorando aún más las condiciones de comunidades vulnerables.
Reyna también se refirió a los peligros que trae consigo el decreto que elimina los programas federales de diversidad, equidad, inclusión y atención (DEIA) en Estados Unidos. Advirtió que su eliminación afectaría directamente la provisión de tratamiento para el VIH y otras condiciones de salud y pondría en riesgo una lucha respaldada con evidencia científica.
A su juicio, retroceder hacia enfoques que excluyen a ciertos grupos o ignoran sus necesidades socavaría los avances alcanzados en materia de derechos humanos, debilitando así los esfuerzos que han demostrado ser efectivos en la respuesta humanitaria.