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La infectóloga venezolana Patricia Valenzuela informó que hasta julio de 2024 se han reportado más de 10 millones casos sospechosos de dengue en la región, frente a los 4 millones del año 2023. Este aumento destaca la urgencia de mejorar el diagnóstico y abordaje para enfrentar la creciente epidemia

La epidemia de dengue en Latinoamérica alcanzó niveles preocupantes en lo que va del año 2024 debido a un aumento significativo en el número de casos sospechosos reportados. 

La doctora Patricia Valenzuela, presidenta de la Sociedad Venezolana de Infectología, señaló que, hasta la semana epidemiológica número 26 de 2024, se han reportado más de 10 millones casos sospechosos de dengue en la región, según datos de la Organización Panamericana de la Salud. Este número es alarmante si se compara con el año 2023, cuando se detectaron 4,5 millones de casos reportados. La brecha subraya el incremento en la incidencia de la patología y la necesidad urgente de fortalecer las medidas de prevención y control.

“No hemos finalizado el año y ya estamos alcanzando los 10 millones de casos sospechosos reportados de dengue en América Latina. Estamos hablando que estos datos se tienen hasta el 16 de julio, lo que viene siendo la mitad del año. El año 2024 está duplicando y triplicando las cifras”, dijo Valenzuela. 

La especialista indicó que otra característica importante de esta epidemia es que las autoridades sanitarias han informado que los serotipos 1, 2, 3 y 4 del virus están circulando en la actualidad, con un predominio del serotipo 3. Valenzuela señaló que la presencia de estos serotipos incrementa la probabilidad de que ocurran casos de dengue con signos de alarma y dengue grave. 

En 2016, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) modificó la clasificación del dengue, introduciendo un enfoque que refleja mejor la complejidad de la enfermedad y dejando atrás las clasificaciones de “dengue” y “dengue hemorrágico”. La infectóloga explicó que esta actualización se hizo necesaria porque un cuadro grave no siempre se manifiesta con hemorragias, que anteriormente se consideraban el principal signo de alarma.

Valenzuela también señaló que, a pesar de que la hemorragia sigue siendo un signo de alerta relevante, no debe ser el único enfoque para determinar la gravedad que pueda presentar una persona. En muchos casos, el dengue grave puede manifestarse de diferentes maneras.

La nueva clasificación enfatiza que algunos otros síntomas de alarma como la deshidratación severa, la fuga capilar o la serositis. Estos signos pueden ser puntos cardinales e indicativos de un dengue grave. De esta manera, la actualización pretende la identificación temprana de otros síntomas para evitar que progrese a dengue grave.

En este punto, Valenzuela expresó que otros signos de alarma particulares, y que no se habían registrado en anteriores epidemias, es la de personas con síndrome de Guillain-Barré por dengue 3 y casos de meningismo, lo que supone una necesidad mejorar la respuesta médica, así como la ciudadanía tenga acceso a la información sobre cómo se presenta esta patología.

El dengue se manifiesta con un cuadro clínico que incluye fiebre alta, dolor detrás de los ojos, dolor de cabeza, molestias articulares y malestar general. 

Además de estos signos típicos, el dengue puede presentar otros síntomas que indican la gravedad de la enfermedad. Entre los signos de alarma se encuentran el dolor abdominal intenso y la evidencia de sangrado, que puede empezar por las encías o la vía urinaria. La inapetencia y la intolerancia a la vía oral, que se manifiestan a través de náuseas, vómitos o falta de apetito, también son preocupantes. 

Estos síntomas contribuyen a la deshidratación, la cual puede agravar el dengue y aumentar el riesgo de desarrollar dengue grave. Valenzuela enfatizó que un dolor de cabeza intenso, o cefalea, que no mejora con tratamiento analgésico es otro signo de alarma. Estos síntomas indican que se debe buscar atención médica inmediata. Es crucial no retrasar la consulta médica, incluso si solo se presenta uno de estos signos de alarma. La automedicación no es recomendable, ya que puede complicar la condición de la persona. 

“Es importante la identificación de manera temprana para evitar que progrese a un dengue grave. Esto se logra educando a los médicos que están en la atención primaria de salud y en las emergencias de nuestros hospitales. Además, más allá del control vectorial tradicional—como la fumigación, la identificación de criaderos y la abatización de agua—es fundamental entrenar a los ciudadanos para que no acumulen agua. Es crucial comprender que el agua que circula, que no se estanca y cuyo tránsito no se obstruye, es donde no se formarán criaderos del Aedes aegypti (mosquito transmisor del dengue). El agua debe circular, debe moverse”, señaló Valenzuela. 

Por último, aunque actualmente se ha avanzado en el desarrollo de vacunas para el dengue, pero la discusión se encuentra estancada debido a múltiples factores; en Venezuela, comentó Valenzuela, se dispone de la tecnología de reacción en cadena de polimerasa en tiempo real (PCR), que permite realizar un diagnóstico preciso a partir de una muestra de sangre tomada del pliegue del codo o del brazo.

Esta técnica puede identificar si los síntomas corresponden a dengue, zika o chikungunya, y, en el caso del dengue, determinar el serotipo específico (uno, dos, tres o cuatro). Este avance tecnológico, que antes no estaba disponible en el país, permite realizar diagnósticos más tempranos y específicos, facilitando un abordaje terapéutico más adecuado y oportuno.

La Organización Mundial de la Salud y la Organización Panamericana de la Salud recomiendan no retrasar el tratamiento de los casos sospechosos de dengue, independientemente de los resultados del diagnóstico. Valenzuela resaltó que es fundamental iniciar las medidas terapéuticas sin demora, mientras se espera el resultado definitivo, que normalmente se obtiene en un plazo de 12 a 24 horas. Por lo tanto, la disponibilidad del diagnóstico molecular contribuye a una gestión más efectiva de la enfermedad en el país.


Cada 26 de agosto se conmemora el Día Internacional contra el Dengue con el objetivo de alertar a la población sobre los riesgos de la patología y del mosquito que la transmite. Esta fecha busca instar a todos a realizar acciones preventivas que eviten la propagación de estos insectos, reduciendo así el riesgo de contraer y transmitir el dengue.