Exigibilidad de Derechos Humanos
Qué hacemos
Documentamos, denunciamos y difundimos vulneraciones al derecho humano a la salud con una perspectiva interseccional y de género. Hacemos énfasis en la accesibilidad, disponibilidad, calidad y aceptabilidad de la salud en Venezuela.
Cómo lo hacemos
Documentamos a través del monitoreo que hacemos a medios de comunicación nacionales para demostrar que hay hechos que evidencian la desatención del Estado venezolano. Sobre todo, registramos el desamparo de personas con VIH y con condiciones de salud como cáncer, hemofilia y diabetes.
Luego, denunciamos ante las autoridades correspondientes y una vez agotadas todas las instancias nacionales, acudimos a organismos internacionales como la Organización de Naciones Unidas o la Organización de los Estados Americanos. Finalmente, difundimos lo que hacemos a través de nuestra página web, redes sociales y medios de comunicación nacionales e internacionales.
Desde cuándo lo hacemos
En 2016, Natasha Saturno, actual coordinadora de nuestra unidad, llegó a la organización para trabajar en un litigio estratégico, lo que le tomó 10 meses. Luego, la directiva de Acción Solidaria decidió que para ofrecer una atención integral a las personas, en medio de la Emergencia Humanitaria Compleja, era necesario tener un espacio legal que tuviera como foco las víctimas de la vulneración del derecho a la salud.
Cuando se agudizó el desabastecimiento de los antirretrovirales en 2017, luego de que el Estado suspendiera su importación, nació la Unidad de Exigibilidad de Derechos Humanos.
Qué nos impulsa
Saber que el registro de estos casos nos permite crear la memoria histórica, garantizar la no repetición y resarcir moral y psicológicamente a muchas víctimas del Estado. El trabajo articulado de la sociedad civil es fundamental para la defensa de los derechos humanos en Venezuela y tener lugar dentro de ese accionar, sin dudas, es motivo para seguir adelante.
Hemos atendido a casi 400 víctimas de la violación del derecho humano a la salud. Lo más importante es que la persona sea escuchada, que sepa que no está sola. Insistimos en que sentar un precedente ya es un reconocimiento de la dignidad de las personas. Nuestro acompañamiento nunca termina.