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Por: Naiguel J. Baspe

Lo que se vive entre la Emergencia Humanitaria Compleja y la pandemia por COVID-19 en Venezuela es una verdadera tragedia humanitaria, sus consecuencias han llevado a millones de personas a migrar y a muchas otras, a tomar la decisión de terminar con su vida. Según la Organización Mundial de la Salud, Venezuela ocupa el primer lugar en las estadísticas de suicidios en América Latina.

El empobrecimiento, el colapso de los servicios, el deterioro de la calidad de vida, la pérdida de la seguridad social, la falta de trabajo y los pocos espacios de desarrollo generan, según el importante órgano, incertidumbre y desesperanza que no contribuyen a la salud social ni mental de la población. Por su parte el Observatorio Venezolano de Violencia (OVV) apuntó que según sus estimaciones entre 2017 y 2018 el número de suicidios pudo haber alcanzado entre 2.648 y 2.889 casos.

Según la OMS la tasa mundial de suicidios es de 16 por cada 100 mil habitantes. Por el contrario, la media de suicidios en Venezuela en 2019 fue de 28 por cada 100 mil habitantes.

Estudios realizados entre el 1 de enero hasta el 29 de junio del 2020, registraron 94 suicidios en el país, de acuerdo con una investigación del OVV a la. Al mes del inicio del confinamiento por la pandemia de COVID-19, se observó un incremento significativo de suicidios, en enero se reportaron 7 casos, en febrero 10, y en marzo 10 también. A partir del mes siguiente los registros empeoraron: en abril hubo 14, en mayo 36 y hasta el 29 de junio se detallaron 17.

Según expertos de la OVV el cambio emocional en los venezolanos ha sido constante. El estrés y la depresión se han presentado no solo en los adultos mayores, sino en los niños y adolescentes, que son quienes más sufren por el confinamiento. En este sentido, CECODAP, recientemente dio a conocer que su Servicio de Atención Psicológico, durante el primer semestre de este año, atendió a 1.407 personas, cifra que supera el número de total de personas atendidas en todo el 2019.

Adicionalmente, CECODAP señala que el 31% de las personas atendidas, acudieron a consulta por alteraciones del estado de ánimo y que el 20% de los casos manejados, presentan riesgo de suicidio.

El equipo de ACSOL se comunicó con la Psicóloga y Psicoterapeuta Gestalt Paola Díaz, quien considera que el COVID-19 se ha convertido en un escenario donde “las personas que estaban transitando por el camino o tenían tendencia al suicidio, se empiezan a movilizar ante este aislamiento que a veces los ha llevado a enfrentar eso que en la normalidad no vemos”. También agregó que la realidad económica compleja y las situaciones familiares que en una rutina normal son evadidas de cara a este confinamiento se han tenido que enfrentar, sumado a la sensación de desesperanza y la desvalorización personal son una conjugación seria e importante para llegar a este acto irreversible. El Estado Venezolano de acuerdo a las recomendaciones de la OMS y la OVV debe trabajar en campañas de prevención que incluyan a las comunidades, las instituciones, organizaciones, familiares e individuos, también es menester apuntar que desde el año 2003 no se publican cifras oficiales por parte del Instituto Nacional de Estadística, quienes en ese años reportaban que 53% del total de suicidios tenían su origen en los problemas afectivos, familiares o trastornos mentales, razón por la cual la transparencia en el manejo de las cifras, permitirá igualmente hacer un análisis acertado de la problemática y permitirá aplicar políticas públicas adecuadas.