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Naiguel J. Baspe

El pasado domingo 21 de febrero se cumplieron tres años desde que La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) otorgó la Medida Cautelar 1039-19 en agosto del 2017 para los niños, niñas y adolescentes del servicio de Nefrología del Hospital de Niños “J.M De Los Ríos” con posterior ampliación en fecha 21 de agosto de 2019 para otros 13 servicios de este importante centro en materia pediátrica de la ciudad capital.

Aunque han pasado tres años; los beneficiarios  de esta medida no han visto mejoría alguna tras la inaplicabilidad de las recomendaciones de La Comisíón. En una conversación con Katherine Martínez, presidenta de la ONG Prepara Familia, apuntó que la decadencia del servicio y el trato que reciben sus usuario va en picada. 

Entre las situaciones que viven los niños de este importante servicio se encuentra la ausencia de máquinas de hemodiálisis. Martínez sostiene que en el centro asistencial habían 15 equipos, sin embargo cuando se solicitó la medida solo estaban en funcionamiento 8.En la actualidad sólo quedan operativos 6 de ellos sin que exista cumplimiento en  el mantenimiento preventivo y correctivo de estos     . 

A la grave falta de estas maquinarias se suma problemas de seguridad, desde hurto de compresores de aire, cerraduras y hasta de las puertas de las habitaciones. Cabe destacar que por decisiones emanadas por la dirección de este centro hospitalario el ingreso al mismo es riguroso y procedimental en especial para el equipo liderado por Martínez. 

De la misma forma, el suministro de agua es deficiente. Comenta el equipo de Prepara Familia, que en muchas ocasiones los servicios funcionan gracias a cisternas que abastecen de agua al hospital.   La crisis del suministro de agua, fue uno de los factores detonantes del brote infeccioso en 2017, en donde al menos 17 niños se contaminaron, debido a la contaminación de los tanques de agua y a la falta de mantenimiento de la planta de ósmosis de la Unidad de Hemodiálisis. Asimismo, persiste la escasez de insumos y medicamentos, tales como eritroproyectina, hierro, complejo b y gluconato de calcio; siendo el primero un fármaco indispensable para el proceso de hemodiálisis.

Martínez y el equipo de Prepara Familia también advirtieron sobre la crisis alimentaria que atraviesan los usuarios de este servicio, los niños, niñas y adolescentes (NNA) hospitalizados y los que acuden a diálisis no reciben la alimentación que requieren ni en cantidad, ni en calidad, ni con la diversidad que necesitan según su condición. La poca alimentación que reciben,      en su mayoría está basada en una dieta líquida, la cual, está contraindicada para pacientes con condiciones renales. 

Desde el otorgamiento de la Medida Cautelar por parte de la CIDH y hasta la fecha, se totalizan 23 NNA fallecidos. Expertos y el equipo de Prepara Familia apuntan que parte de estos decesos se deben al deterioro de la atención por las causas ya explicadas pero además por la falta de trasplantes en el país. El Ministerio del Poder Popular para La Salud no ha reactivado el Programa de Procura de Trasplantes que continua suspendido desde el 1 de junio de 2017. La Organización Nacional de Trasplante de Venezuela (Ontv) estima que para el año 2020, 700 personas eran aptas para trasplante de riñón y el 10% de estas eran  NNA.

Nefrología frente al COVID-19

La ONG Prepara Familia junto a los médicos del Servicio de Nefrología del Hospital “J.M De Los Ríos” denunciaron la escasez de insumos y materiales de bioseguridad, así como el incumpliendo de los protocolos sanitarios de cara a la pandemia por COVID-19. Entre ellos destacan que solo se les suministra un par de guantes y un tapabocas al día para  la atención de todos los usuarios. La inexistencia de materiales de bioseguridad es extensiva a las mujeres cuidadoras quienes deben proveerse del mismo y en ocasiones reutilizan una mascarilla hasta por un mes. 

Martínez agregó que están haciendo las gestiones necesarias para  que las mujeres cuidadoras también sean consideradas como población prioritaria en la aplicación de vacunas , pues sus períodos de estancia en el recinto hospitalario pueden ser superiores a los 6 meses debido a la hospitalización de sus hijos.

Los NNA  del  servicio de nefrología continúan en riesgo, el Estado incumple con las medidas otorgadas y tampoco cumple con la Doctrina de la protección integral, deben ser tratados como sujetos de derechos y seguirán luchando porque las autoridades tomen en cuenta las necesidades de los usuarios de este servicio, a entender en 3 ejes: usuarios que acuden a la consulta, usuarios que acuden a diálisis y los NNA hospitalizados, así como a sus representantes.